- El Deportivo Alavés tenía muy claro que el actual mercado futbolístico iba a ser tremendamente complicado y en sus propias carnes está sufriendo la situación excepcional provocada por una pandemia que ha dejado a la mayoría de los clubes atados de pies y manos a la hora de acometer nuevos movimientos. Mientras que los aficionados se desesperan por no tener noticias nuevas acerca de las incorporaciones que tienen que realizarse, en las oficinas de Mendizorroza se trabaja para que las mismas se puedan llevar a cabo con la mayor celeridad posible. Pero, ahora más que nunca, para que alguien entre antes tiene que salir mucha gente.

Y en esa labor de encontrar acomodo a aquellos jugadores que no cuentan está centrada la dirección deportiva. Sin unas cuantas bajas, no se pueden producir nuevas altas. Una situación de bloqueo en las puertas del club en estos momentos -los rectores albiazules no quieren pillarse los dedos y apuestan por la prudencia-, que propicia que no se pueda entrar si anteriormente no se sale.

La crisis provocada por el coronavirus va a afectar de manera severa a la economía de los clubes, que verán sus ingresos reducidos de manera significativa en la mayoría de los casos. Menos dinero presupuestado propiciará también que los topes de gasto en plantilla que marca LaLiga se reduzcan. Y, aunque se están contemplando situaciones excepcionales -no habrá sanción deportiva y económica por estar excedidos al estar motivado por una causa de fuerza mayor-, lo que ha quedado ya claro es que quien se encuentre con el límite rebasado no va a poder inscribir a nuevos futbolistas y solo un 25% de lo que se ahorre en salarios o traspasos se podrá reinvertir en el equipo.

En este sentido, el problema del Alavés es ya arrastrado de las últimas planificaciones. Por encima de una treintena de futbolistas con contrato en vigor, con un porcentaje muy importante que no entra en los planes de futuro ni a corto ni a medio plazo. Excesiva masa salarial acumulada -cabe recordar que no solo se computan los salarios, sino que también, entre otros aspectos, hay que sumar las amortizaciones anuales en el caso de aquellos jugadores por los que haya habido que abonar algún traspaso- que impide realizar otros movimientos en el mercado si antes no se producen salidas que liberen espacio.

Hasta la fecha, la única noticia positiva confirmada es el traspaso de Ermedin Demirovic al Friburgo. La cantidad que se libera del sueldo del delantero bosnio no es de gran peso, pero el ingreso de tres millones de euros por su marcha a Alemania supone una inyección económica importante. Un desahogo que hubiese sido mucho más evidente en el caso de que el Almería hubiese ascendido, lo que le habría obligado a comprar a Antonio Sivera -el traspaso se movía entre cinco y ocho millones de euros-; lo mismo que, aunque con cifras más modestas -en torno a 600.000 euros para el Alavés, aunque liberando un sueldo muy importante- en el caso del Zaragoza con Burgui.

El mercado ofrece en estos momentos pocas opciones de negocio. El traspaso de un jugador importante está prácticamente descartado pues en los niveles en los que se maneja el club vitoriano no se están moviendo cifras significativas. La esperanza es cerrar alguna operación más de pequeño calibre y ahí Patrick Twumasi es el que tiene un mercado más amplio para obtener un ingreso. Obtener réditos positivos de otras salidas se antoja ciertamente complicado y en algún caso en concreto -con la suma del salario anual y la amortización correspondiente hay alguna cifra muy preocupante- el objetivo es perder el mínimo dinero posible.

En todo caso, el panorama es complicado. Una categoría con mucho mercado, sobre todo para los jugadores nacionales, como la Segunda División está completamente paralizada y la economía de muchos clubes es de guerra, incapaz de sostener salarios de élite. Se realizan ofrecimientos, pero se solicita tiempo para decidir. No en vano, este extraño mercado estará abierto hasta el 5 de octubre a pesar de que se prevé que la competición arranque el 12 de septiembre. Y, mientras tanto, las ansiadas incorporaciones no pueden materializarse porque se encuentran a la espera de que el Alavés vaya encontrando acomodo a los muchos futbolistas con los que no cuenta en su nuevo proyecto.