- El de hoy es a priori el reto más asequible al que tendrá que enfrentarse López Muñiz en su particular temporada exprés. El Getafe, a pesar de las bajas, ha hecho una temporada sólida y está inmerso de lleno en la pelea por Europa, mientras que Real Madrid y Barcelona juegan en otra liga. El Betis, sin embargo, ha completado una campaña muy por debajo de sus expectativas y actualmente no se juega nada, por lo que no entrará en el terreno de juego con la misma motivación y necesidad que el cuadro gasteiztarra.
Al ojear la plantilla con la que cuentan los andaluces, la destitución de Rubi a falta de ocho jornadas para el final es totalmente comprensible. El club verdiblanco es una de las entidades que mayor desembolso ha realizado en las últimas temporadas de Primera División. En la 2019-20, sin ir más lejos, ha invertido la friolera de 80 millones de euros en confeccionar la plantilla, 50 de ellos destinados a los fichajes de Borja Iglesias y Fekir. Es cierto que ha obtenido ingresos por las ventas de Pau López, Lo Celso y Júnior, pero solo los equipos punteros de la competición tienen músculo financiero suficiente para afrontar operaciones como las de Iglesias y Fekir. Que Camarasa no tuviera hueco en la plantilla bética y en el Alavés sea indiscutible da una idea de la brecha que existe entre ambos equipos.
Canales, Loren, Bartra, Mandi, Emerson, Álex Moreno, Pedraza, William Carvalho, Aleñá o Joaquín son solo algunos de los grandes nombres con los que cuentan los del Benito Villamarín. El equipo suena a Europa League, pero su guerra este año ha sido por obtener la salvación. La temporada de Rubi ha estado lejos del nivel conseguido por Quique Setién en los dos cursos anteriores. El cántabro logró dar una seña de identidad al equipo, que intentaba mantener la posesión y tomaba muchos riesgos en la presión y en la salida de balón. Aunque se le acusó de ser un equipo desorganizado en defensa, hace dos años logró clasificarse para Europa League con una meritoria sexta posición.
El curso pasado, sin embargo, no le fue tan bien. No solo William Carvalho, su fichaje estrella, no solucionó las carencias defensivas del equipo, su juego ofensivo se volvió plano y previsible, pasando de ser uno de los equipos más divertidos de la competición a uno de los más aburridos. Por ello, decidieron separar sus caminos y contratar a Rubi, que, lejos de solucionar el problema, lo ha empeorado. El conjunto andaluz ha estado rondando la zona baja de la clasificación desde las primeras jornadas, basando sus victorias en los chispazos de calidad de Fekir y Joaquín y el acierto de cara a portería de Loren. Volver a un esquema más tradicional con dos centrales y dos laterales no ha ayudado a defender mejor y futbolistas como Borja Iglesias, Canales, Bartra y Carvalho han estado a años luz de su mejor versión. Rubi salvó su primera bola de partido contra el Celta de Vigo en la undécima jornada, pero un único punto en los tres primeros enfrentamientos posconfinamiento lo condenó.
En cierto sentido, el periplo del Betis ha sido similar al del Alavés este curso. Ambos contaban con un nuevo entrenador y un proyecto ilusionante, pero han tenido que tomar medidas drásticas en el tramo final para evitar el descenso a Segunda División. En el caso del Betis, ha sido el hasta ahora secretario técnico de la entidad, Alexis Trujillo, quien ha tenido que bajar al barro para salvar la papeleta, algo que ya hizo en la temporada 2016-17 tras la destitución de Víctor Sánchez del Amo. Dos victorias, contra Espanyol y Osasuna, le han valido para obtener la salvación matemática, algo que aún no ha logrado el Glorioso, por lo que la actualidad de ambos es totalmente distinta.
La buena noticia para los gasteiztarras es precisamente esa, que su rival ya llega con los deberes hechos. Las dos últimas jornadas son un mero trámite para los béticos, que ya conocen el nombre de quien dirigirá su banquillo el próximo curso. Fue después de sellar la salvación contra Osasuna cuando anunciaron que Manuel Pellegrini tomará las riendas del equipo durante las tres próximas temporadas, aunque será Trujillo quien termine la actual. El club está decidido a dar un salto de calidad y Pellegrini, uno de los técnicos con más caché, parece el hombre idóneo para revertir la situación. El chileno, ex de Villarreal, Real Madrid, Málaga, Manchester City y, en su última aventura, West Ham United, cobrará cinco millones de euros brutos anuales, otra muestra más del músculo financiero de la entidad verdiblanca.
Su llegada ha generado muchas expectativas y en Heliópolis piensan ya en la ilusionante temporada 2020-21. De hecho, en su último encuentro contra el Atlético de Madrid, Trujillo alineó a jugadores menos habituales como el portero suplente Dani Martín o Barragán. En cualquier caso, el Alavés no debe viajar a Sevilla pensando que el duelo será un camino de rosas. Muchos futbolistas del cuadro local querrán convencer a Pellegrini para ser una pieza importante la próxima temporada e intentarán cuajar un buen partido. No será fácil, pero es sin duda un partido mucho más asequible para el Glorioso que el del Barcelona la próxima jornada.
El club verdiblanco ha desembolsado 80 millones de euros en confeccionar una plantilla que ha peleado por mantener la categoría
El equipo se ha aferrado a los destellos de calidad de Fekir, Joaquín y Loren para conseguir puntos, sin una idea de juego reconocible