ELGOIBAR Gurruchaga, Apellániz, Ibarlucea, Xabi Alonso, Beitia, Edu Alonso, Ferreiro, Bedaio (Lasjurain, min. 58), Iñigo, Eguren (Parras, min. 78) y Torrillas.

ALAVÉS Tinoko, Roth, Santi, Josu Ugarte, Arrúe, Aldabe, Feijóo, Kepa (Ruiz, min. 63) (Javi Muro, min. 70), Txosa, Biota y Urbina.

Goles 0-1, min. 41: Raúl Aldabe cede desde la banda derecha sobre Txosa que, de cabeza y en una jugada confusa, manda el balón al fondo de la red. 0-2, min. 85: Un disparo cruzado de Roberto Urbina, a pase de Javi Muro, es repelido por Gurruchaga y el balón le llega a Txosa, que marca a placer.

Árbitro Dirigió el encuentro el señor Colina (colegio guipuzcoano), asistido en las bandas por Gil y Murillo. Amonestó con cartulina amarilla a Bedaio, Feijóo y Ugarte.

Estadio Lerún. El encuentro contó con la presencia de más de mil seguidores albiazules en las gradas del estadio.

- Ahora que el mundo del fútbol se encuentra inmerso en un profundo debate para tratar de encontrar una fórmula que permita completar la temporada interrumpida por el coronavirus y al mismo tiempo no poner en riesgo la salud y conceder el tiempo de descanso suficiente a los profesionales entre un compromiso y otro, no deja de resultar curioso comprobar cómo, hace ya treinta años, el Deportivo Alavés tuvo que disputar dos encuentros decisivos en apenas cuarenta y ocho horas de margen. Y es que el duelo ante el Elgoibar que supuso el ascenso a Segunda B tuvo lugar el martes 1 de mayo de 1990 pero apenas dos días antes, el domingo, el equipo se había impuesto 0-4 en el terreno de juego del Zalla.

Por ello, resulta comprensible que el duelo que ha quedado trabado a fuego en la historia babazorra no destacara precisamente por su brillantez. Más aún teniendo en cuenta que Luis Astorga no introdujo apenas modificaciones en las formaciones iniciales que presentó en ambos choques. Solo Joseba Gómez, por sanción, y Carrillo, por molestias físicas, cedieron su sitio en el once en Lerún.

Quien sí disputó los noventa minutos en cambio fue el inconfundible Txosa, que puso su rúbrica a la victoria y al ascenso siendo el autor de los dos goles de la contienda. El primero al aprovechar al filo del descanso una jugada embarullada dentro del área para rematar de cabeza a la red; y el segundo, en el minuto 85, remachando a placer un despeje de Gurruchaga a tiro de Urbina.