- Las reuniones telemáticas al más alto nivel en el mundo del fútbol no paran de sucederse en los últimos días en busca de una solución dentro del calendario al enorme problema que en todas las competiciones ha supuesto la expansión del coronavirus, que desde hace semanas tiene parado el balompié en casi todo el mundo. Ayer fue el turno de la UEFA y las Federaciones nacionales europeas, en una cita que sirvió para corroborar la intención de dar prioridad por encima de todo a la conclusión de las grandes ligas y también de las dos competiciones continentales de clubes de referencia, que apuntan a una resolución mediante un torneo corto concentrado en una sola sede, similar a los que puede ser una Copa del Rey de baloncesto o la Final Four de la Euroliga, con los ocho clasificados para cuartos de final de cada torneo. Y, para dar encaje a todos estos partidos pendientes, en el futuro ya se vislumbra el verano, con los meses de junio, julio, agosto e incluso septiembre si fuera necesario, como el espacio temporal clave para finiquitar los torneos de la temporada 2019-20, aún a costa de pisar el calendario habilitado para el siguiente curso.

Tras decretar el aplazamiento de la Eurocopa el pasado 17 de marzo, la UEFA ya había marcado claramente el camino de priorizar las competiciones de clubes por encima de las de selecciones y ayer dio un nuevo paso en ese sentido al anular las fechas FIFA de principios de junio. Así, el fútbol continental de selecciones no regresaría, como mínimo, hasta septiembre.

Otro de los obstáculos existentes hasta la fecha para alargar las competiciones nacionales era el inicio en julio de las fases de clasificación para la Liga de Campeones y la Liga Europa y la obligación de decretar de antemano qué clubes debían representar a cada país en dichas competiciones. En este sentido, la UEFA también pospuso ayer los plazos vigentes hasta la fecha, que habrán de determinarse de nuevo en el futuro, cuando se tenga claro cómo puede finalizar cada campaña en los países afectados.

Aunque cada país con su legislación será un mundo, la idea del máximo organismo del fútbol europeo es que los clubes puedan retomar su actividad en junio y que tras una breve fase de pretemporada las competiciones se puedan retomar a lo largo de dicho mes -como muy tarde, en julio tendría que estar el balón rodando de nuevo a todos los niveles- y completarse a lo largo de las siguientes semanas. Aunque, en todo caso, para la fijación definitiva de los distintos calendarios -más en el caso de que haya que ocupar fechas de la temporada 2020-21, lo que provocaría tener que revisar el formato ya aprobado para el próximo curso- habrá que esperar a nuevas reuniones y a la evolución de la situación con el coronavirus.

Estos últimos movimientos entroncan a la perfección en las intenciones de LaLiga -en la reunión de ayer también defendió claramente que se tenía que disputar la final de la Copa del Rey, una cuestión que en otras federaciones se ponía en duda-, uno de los organismo que más se están moviendo en busca de soluciones para que sus clubes no vean reducidos sus ingresos de manera drástica con la pérdida de la ingente cantidad de dinero que suponen los derechos televisivos que aún están por cobrarse. En todas sus reuniones, desde la patronal del fútbol estatal se ha marcado claramente esa idea de acabar la temporada 2019-20 a toda costa como la única alternativa viable para que el socavón monetario que ya ha provocado el coronavirus no se convierta en un auténtico agujero negro.

En su reunión del pasado lunes, los clubes recibieron diversas propuestas de calendario y la previsión de que la competición debería estar en marcha, como muy tarde, el 27 de junio -y con partidos a puerta cerrada- para así poder concluir, como máximo, el primer fin de semana de agosto. Una propuesta que se podría suavizar ligeramente con las decisiones de ayer de la UEFA, sobre todo en lo referente a la posibilidad de pisar fechas del calendario de la campaña 2020-21 en competiciones europeas y nacionales.

De momento, los clubes, como el Deportivo Alavés, se mantienen a la expectativa. Por muchos calendarios y planes que se estén poniendo sobre la mesa, la situación actual no conduce al optimismo a muy corto plazo, aunque se tiene claro que el único objetivo es poder finiquitar la actual temporada para no perder todos los ingresos aún pendientes y que no se agrande todavía más el agujero económico que el coronavirus ya ha provocado.

La idea es que a finales de junio se hayan puesto en marcha de nuevo todos los torneos para que puedan concluir entre julio y agosto