Vitoria - La ley de Murphy tiene la insidiosa costumbre de hacer gala de alguno de sus diversos enunciados unas cuantas veces en cada temporada deportiva y al Alavés le va a tocar esta semana remar contra la corriente por la enfatización de los sucesos negativos en una demarcación como el ataque en la que el equipo no anda sobrado de efectivos. Si el sábado en Leganés Aleix Vidal recibió su quinta tarjeta amarilla de la temporada y desde entonces se sabía que no iba a poder participar en el partido del viernes contra el Valencia, en el regreso a los entrenamientos se constató la ausencia de un Oliver Burke que, aquejado de paperas, tampoco podrá ser de la partida como mínimo en el próximo encuentro. Si Asier Garitano se planteaba, como la lógica señala, que el escocés debía suplir la sanción del catalán, esa propuesta se le fue al garete a las primeras de cambio y ahora tendrá que buscar soluciones entre un elenco de extremos que, por unas u otras razones, no ofrecen las garantías de los dos que causarán baja.

La baja de Vidal supone para Garitano perder a uno de sus jugadores de máxima confianza, tal y como avalan las estadísticas. El catalán es el tercer jugador con más minutos (1.997), el primero en partidos disputados (25) y el segundo con más presencias en el once inicial (23). Solo ha sido suplente en el duelo con la Real Sociedad en el que disfrutó de descanso y en la visita de la primera vuelta al Valencia, mientras que el único partido que se había perdido hasta la fecha era el enfrentamiento contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán, en el que no pudo jugar por su contrato de cesión. Por su fuera poco, su mejoría en el transcurso de la campaña -su inicio fue flojo, pero ahora está a un nivel notable- le ha convertido en la única alternativa real a Joselu y Lucas Pérez y ya acumula dos goles y cuatro asistencias.

Por su parte, sin llegar a ganarse en ningún momento galones de titular fijo, Burke siempre se ha mantenido en el núcleo principal de confianza de Garitano. Teniendo en cuenta que por su tardía incorporación no pudo estrenarse hasta la cuarta jornada, desde entonces solo ha dejado de participar en un par de encuentros: en el derbi en San Mamés en la quinta jornada se quedó en el banquillo, mientras que en la visita al Levante no fue convocado en un claro toque de atención tras su actuación contra el Betis. Ya sea partiendo como titular (siete veces en el once) o como suplente (catorce apariciones en la segunda unidad), el escocés ha sido una pieza importante, aportando un gol, una asistencia y su velocidad endiablada en carrera.

Con las bajas de Vidal y Burke, a Garitano le quedan solo tres extremos puros en plantilla. Y cada uno con unos condicionantes muy particulares que hacen pensar que en la mayoría de los casos la confianza del entrenador en estas piezas es, en estos momentos, bastante limitada. El que se sale de esa ecuación del apoyo del técnico es un Edgar Méndez que en la visita al Leganés estrenó titularidad, aunque, eso sí, el tinerfeño evidenció que se encuentra muy lejos todavía de su mejor tono físico; su aportación hasta la fecha ha sido muy escasa y dudosamente parece preparado para aguantar un alto nivel de intensidad durante noventa minutos.

Borja Sainz representa un caso especial por su condición de canterano llegado de manera sorpresiva a la primera plantilla. El vizcaíno es prácticamente un fijo de las convocatorias -solo se ha perdido una por cesión técnica y otra por sanción arrastrada de Segunda B-, pero los minutos le llegan con cuentagotas (318), solo ha sido dos veces titular y acumula cuatro jornadas consecutivas sin abandonar el banquillo.

Mención aparte merece un Luis Rioja que ha pasado de ser prácticamente un fijo a desaparecer por completo incluso de las convocatorias tras el mercado invernal. El sevillano lleva tres jornadas fuera de la lista de dieciocho cuando antes había estado en los onces iniciales casi siempre. Una pérdida de confianza evidente que podría variar este viernes, cuando Garitano se verá obligado a apostar por unas bandas muy novedosas.

El preparador alavesista tendrá que echar mano de Edgar, Borja Sainz, Rioja o alguna alternativa de cambio de sistema

El catalán es una pieza inamovible en los onces, mientras que el escocés, fijo en la segunda unidad, se perfilaba como su sustituto