Sobre ruedas. Así le marcha la vida, al menos la profesional, a Leire Medina Jiménez. Una trayectoria profesional a la que llegó cuando era muy joven hace dos décadas y por cosas del destino empezó a trabajar como secretaria en una autoescuela gasteiztarra mientras cursaba sus estudios de Gestión Administrativa.

VÍDEO: Autoescuela Dulantzi, la academia de Vitoria en la que se vuelcan con sus alumnos

VÍDEO: Autoescuela Dulantzi, la academia de Vitoria en la que se vuelcan con sus alumnos Aitor Álvarez

Lo gracioso de esta historia es que no tenía mucha idea del mundo sobre ruedas; por no tener no tenía ni el carnet de conducir (que se sacó al poco tiempo a la primera). 

Enseguida se hizo, pese a su juventud, con todo el trabajo intenso de administración que tenían en la central de esta autoescuela.

Pero a Leire lo de estar todo el día en la oficina, pese a que le encantaba el trabajo que hacía, se le quedaba como pequeño. Ella veía con cierta envidia a los profesores de la autoescuela y cómo enseñaban la parte práctica que se requiere para sacarse el carnet de conducir. Sin embargo, su vida personal tenía otros planes para ella antes de dar el salto del papeleo al volante enseñando

Uno de los coches de Autoescuela Dulantzi Josu Chavarri

Un parón

Tras tres años centrada en su esfera familiar y personal, Leire regreso al mundo del motor, pero en este caso, en otra autoescuela que vio en ella su valía y le ofreció un puesto como profesora. No lo pudo rechazar; era su sueño y no podía desaprovechar esa oportunidad.  

Al poco tiempo, otra casualidad del destino quiso que ella se hiciese cargo de una de las sedes de la autoescuela para la que trabaja. Ahora ya no solo iba a seguir dando clases dentro de un coche como copiloto, sino que iba a ser su propia jefa con su propio negocio. Con su propia autoescuela. Autoescuela Dulantzi en la calle Polvorín Viejo de la capital gasteiztarra. 

En esta conocida calle del barrio de Judizmendi se localiza la autoescuela que hace algo menos de dos años cogió Leire con un traspaso. Un negocio donde todas (ella misma, dos profesoras más y la chica que atiende todo el tema administrativo de la oficina) son mujeres. Trabajo tienen de sobra; tanto es así que están en búsqueda de una nueva compañera o compañero. 

Autoescuela Dulantzi, la escuela en la que cuidan a sus alumnos Josu Chavarri

Pero, esta misma sensación de que no te faltan los alumnos no la tenía en los días previos a abrir su propio negocio (contando para ello con la inestimable ayuda de la Fundación Gaztenpresa de LABORAL KUTXA).

“Esos días tenía el miedo de si no me iba a funcionar, si tendría alumnos, si la gente iba a confiar en ti para sacarse el carnet. Unos miedos que no iban tanto por mí ya que si esto fallaba yo vendía los coches, dejaba el local y me buscaba un trabajo. El miedo era por las dos compañeras que habían apostado por mi proyecto y que se quedarían en la calle si esto no arrancaba”, explica Leire.

Pero, esos temores poco estuvieron en su cabeza. Solo hay que ver la cantidad de alumnos que tiene (hasta con lista de espera) y las reseñas que todos ellos dejan una vez se han sacado el carnet de conducir en Autoescuela Dulantzi. 

La magia de enseñar… y de aprender

Preguntando a Leire qué le atraía de la enseñanza para dejar los papeles y el ordenador por el volante, nuestra protagonista es clara. “La enseñanza es muy dura y más hacerlo en un coche que, como decimos, es una máquina de matar si no la usas bien.

Sin embargo, ver la evolución de todos y cada uno de mis alumnos, cómo van aprendiendo, cómo se esfuerzan y la alegría que les supone cuando sacan el carnet, eso es muy gratificante y da sentido a esa bonita casualidad que hizo que hace 20 años empezara a trabajar como secretaria en una autoescuela”, explica una orgullosa Leire que también reconoce que se implica, hasta lo personal, con sus alumnos.

“Lo sé, es un fallo que tengo, pero me pongo en su piel y en lo duro que a veces es sacarse el carnet y soy feliz cuando lo logran” enfatiza esta profesora de autoescuela que siempre inspira confianza a todo aquel que se sienta en uno de sus coches para aprender.

“Yo siempre les digo lo mismo: todo el mundo nos sacaremos el carnet tarde o temprano solo que a algunos les cuesta más y a otros menos”. 

El aula de Autoescuela Dulantzi Josu Chavarri

Es la reflexión de esta mujer valiente y decidida que no solo te enseña cómo se cambian las marchas o qué hacer ante un ceda el paso, también te da los mejores argumentos para confiar en ti mismo (y no solo para poder conducir un coche el día de mañana). 

Iniciativa apoyada por Gaztenpresa, Gobierno Vasco y Lanbide

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