Vitoria - Dentro de su política de contención absoluta de gastos en la plantilla que ya marcó el cierre de la confección de la misma el pasado verano, el Deportivo Alavés no tenía previstos grandes movimientos en el zoco invernal que ya se perfila en el horizonte. Una decisión que cambió drásticamente cuando se conoció el diagnóstico de la gravedad de la lesión que sufrió Tomás Pina en la visita al Granada, una rotura de peroné que mantendrá al de Villarta de San Juan alejado de los terrenos de juego hasta mediados de abril y que obliga a buscar un centrocampista de su perfil para cubrir el enorme hueco que ha dejado. La prioridad de contratar un pivote es absoluta y se encuentra por encima de todo, pero el rendimiento descendente del equipo en las últimas semanas podría llevar a acometer algún refuerzo más, sobre todo en una vanguardia muy escasa de piezas desequilibrantes.

La lesión de Pina ha dejado al descubierto las carencias en una demarcación que va sobrada de piezas, pero en la que faltan perfiles útiles. Hasta seis centrocampistas tiene a sus órdenes Asier Garitano, pero, por unas u otras razones, ninguno de los otros cinco puede ejercer el trabajo que el pivote de Ciudad Real desarrolla sobre el césped. El único que cuenta con unas características similares -jugador posicional fijo por delante de la defensa, inteligente desde el punto de vista táctico y con buena capacidad en la organización y salida de balón- es un Dani Torres que se encuentra completamente defenestrado en Vitoria -ni ha debutado ni fue de la partida el pasado martes en Jaén, adonde ni siquiera se desplazó- y al que se lleva tratando de dar salida, sin éxito, prácticamente desde su primera temporada. El colombiano acaba contrato el próximo 30 de junio y la idea clara del club, de nuevo, es encontrarle acomodo en el inminente mercado invernal para liberarse por fin de su ficha.

Los otros tres medios de referencia (Manu García, Mubarak Wakaso y Pere Pons) no cumplen con esas condiciones de pivotes clásicos y responden más al concepto actual de todocampistas: jugadores con capacidad de ocupar mucho espacio a base de piernas, con un despliegue físico importante y mucho más eficientes con libertad de movimientos -tanto para incorporarse al ataque como a la hora de ofrecer ayudas en defensa- que anclados en una posición fija. Unas características que hace, además, que no sean centrocampistas que, dentro del estilo de Garitano, se complemente bien cuando les toca jugar juntos. De momento, Pons ha sido el elegido para llevar la manija, pero el gerundense ya ha señalado en más de una ocasión, y su rendimiento así lo evidencia, que no se encuentra del todo cómodo en ese papel. El último en discordia, Javi Muñoz, responde a un perfil de más calidad con el balón al que el preparador de Bergara ni siquiera ha encontrado sitio.

La necesidad de un pivote es perentoria, pero el rendimiento de las últimas semanas podría llevar al club a valorar también una incorporación que refuerce un ataque, y en la que hace unas semanas no se pensaba, que ya se quedó cojo en verano cuando finalmente no se materializó la contratación de Abdul Majeed Waris, que podía actuar como segundo delantero o escorado a una banda. - DNA