Los cinco técnicos de los equipos vascos que compiten en Primera coincidieron el lunes en el Aquarium donostiarra, con motivo de un acto promovido por el Comité Guipuzcoano de Entrenadores. Las ondas radiofónicas de Euskadi Irratia les habían reunido hace un par de meses. Por separado, habían comparecido este verano en un especial de ETB. Pero, a nivel presencial, todavía no habían podido estrecharse las manos todos juntos. Quedaba atrás un fin de semana más bien discreto, sin victorias, con dos empates (Real y Osasuna) y tres derrotas (Athletic, Eibar y Alavés). Pero Imanol Alguacil, José Luis Mendilibar, Asier Garitano, Jagoba Arrasate y Gaizka Garitano supieron abrir un paréntesis en la temporada futbolística para mostrarse abiertos y relajados, alejados por unas horas de la tensión competitiva.
La charla tuvo su vertiente táctico-técnica. Los entrenadores se refirieron a circunstancias del día a día que el presidente del Comité pidió a los medios de comunicación presentes no revelar. Pero el evento también contó con una vertiente más personal que inauguró José Luis Mendilibar, refiriéndose a sus inicios en los banquillos. “Terminé de jugar y pensé que algo había que hacer, así que empecé a entrenar en equipos de regional. Llevo más de veinte años en esto y me han echado cuatro veces. No está mal”, bromeó el de Zaldibar. “Cuando me cesaron la primera vez, me dijeron que entonces sí. Que entonces ya era un técnico de verdad. Y creo que algunos de estos todavía no han vivido eso”, agregó entre risas.
Imanol era en realidad el único aludido. “Pues yo todavía no soy entrenador”, recogió el oriotarra, quien tocó madera. “Espero que pase mucho tiempo hasta que lo sea”, indicó a continuación, antes de exponer que siempre ha basado su carrera como técnico en la meritocracia. “Cuando me saqué el carnet y empecé en Orio con Bittor Alkiza y con Mikel Lasa, no podía imaginar que alcanzaría mi situación actual. En cualquier caso, siempre tuve claro que lo que consiguiera tenía que suponer una consecuencia del trabajo. Después llegué al Zarautz. Y luego a las categorías inferiores de la Real”, explicó el preparador txuri-urdin, quien lanzó un mensaje de ánimo a los entrenadores en ciernes presentes en la sala. “Igual muchos estáis trabajando en equipos de pueblo, sintiendo que vuestra labor no es reconocida. Continuad insistiendo. Aquí tenéis nuestros ejemplos”.
Y es que los cinco casos tienen ese denominador común, la procedencia del fútbol modesto. Jagoba Arrasate, por ejemplo, relató que ya ejercía de técnico durante sus últimos años como futbolista. “Estaba en el Beasain y ya veía que se me terminaba la carrera. Recuerdo que iba a los entrenamientos en coche con el míster, con Manix Mandiola, y que él mismo me consultaba qué se podía hacer en este o en aquel partido. Yo a veces le recomendaba que me dejara en el banquillo y que pusiera a Urtzi Arrondo”, lanzó el de Berriatua, provocando las carcajadas de los presentes. También tiró de guasa Asier Garitano, de quien Mikel Etxarri, en el papel de moderador, aseguró que estaba menos controlado, por sus comienzos en equipos de tierras levantinas. “Es que quería tenerte lejos”, dijo el de Bergara, agradecido a los entrenadores que le incluyeron en sus cuerpos técnicos tras colgar él las botas. “Siempre me sentí muy valorado”.
Desde la base También empezó desde abajo Gaizka Garitano, quien sin aludir directamente al club se refirió a su etapa en el filial del Eibar como a la época en la que más ha aprendido sentado en un banquillo. “Iba con chavales jóvenes a campos complicados como el del Portugalete, por poner un ejemplo. Ahí es donde me daba cuenta de que tenía que mejorar mucho como entrenador”, un proceso quizás motivado de inicio por tener a un preparador en casa, su aita Ondarru (aquel segundo de Mané en el Alavés), pero ajeno ya a cuestiones familiares en fase de crecimiento. “Tampoco hemos hablado tanto de fútbol”, aseveró Gaizka, quien ya tenía muy claro como jugador que iba a ejercer de técnico tras la retirada. “Siempre me interesó el juego. Siempre me fijé en temas tácticos y de entrenamiento”.
La charla entró en cuestiones detalladas del juego manteniéndose su tono distendido, con José Luis Mendilibar como principal protagonista. Genio y figura el técnico armero, quien volvió a expresar su opinión acerca del VAR y utilizó divertidas metáforas a la hora de criticarlo. Su pertenencia a la vieja escuela contrastó en varias ocasiones con los pareceres de sus compañeros, más jóvenes, pero igualmente preparados. Será buena señal que los cinco sigan coincidiendo en actos futuros. Señal de continuidad.