Vitoria - El mundo del fútbol, desgraciadamente, no escapa a los problemas que afectan a la sociedad y no son pocos los juguetes rotos dentro del ámbito del balompié profesional. El último que ha salido a la luz, aunque aparentemente con un final feliz tras sufrir años de oscuridad, tiene como protagonista a un jugador con pasado -aunque breve- albiazul.
Se trata del brasileño Mario Jardel, que se retiró del fútbol activo en 2010 tras una exitosa carrera deportiva desarrollada fundamentalmente en Europa. Pues bien, el ariete ha desvelado ahora a sus casi 46 años que no todo fue fácil en su carrera y que incluso llegó a consumir drogas. “Entré en ese mundo por curiosidad cuando jugaba en Europa. Conocí a unas personas y me la ofrecieron. Comencé a consumirla con regularidad cuando estaba de vacaciones porque durante la competición tenía controles antidoping. Es uno de los problemas del fútbol. Tienes mucho dinero y existen muchas trampas, amistades, tentaciones y curiosidades”, ha confesado en el canal de Youtube Pilhado.
El delantero jugó en equipos como Oporto, Galatasaray, Sporting de Portugal o Bolton y fue Bota de Oro en dos ocasiones. Ya en su declive, en enero de 2005 llegó a Vitoria para incorporarse en el mercado de invierno al Alavés que entonces dirigía Piterman. Sin embargo, su pésimo estado de forma limitó su relación con El Glorioso a un par de meses entrenando sin conseguir finalmente que el club le tramitara la ficha. Ahora, reconoce que su familia fue fundamental para recuperarse. “Estoy libre de esas sustancias y mi esposa fue esencial en esto. Estuvo a mi lado hasta en los momentos más simples. Cuando iba de fiesta se venía porque en esos ambientes es más probable caer, sobre todo cuando bebes”, destacó. - DNA