En el arranque de la temporada casi todo habían sido alegrías en el seno del Deportivo Alavés, pero en las últimas semanas los primeros nubarrones han asomado en el cielo vitoriano para oscurecer el, en todo caso, sensacional rendimiento del equipo de Abelardo en la presente campaña. Con la derrota de ayer ante el Atlético de Madrid, que sigue al tropiezo en el campo del Leganés y al empate en Mendizorroza frente al Sevilla, el cuadro albiazul encadena por primera vez tres jornadas consecutivas sin ganar. Un solo punto de los últimos nueve que se han puesto en juego. Y, si se amplia un poco más el campo de análisis, el cómputo de victorias se reduce a una, la cosechada ante el Huesca, en unos últimos cinco compromisos en los que solo se han cosechado cuatro puntos de los quince que se han disputado. Una racha negativa a la que cabe añadir la eliminación copera del pasado miércoles con el mal resultado en la visita al Girona. Afortunadamente, el enorme margen de seguridad que se había acumulado con anterioridad permite al Glorioso seguir asentado en una situación de absoluto privilegio y muy lejos de la zona de peligro, con el objetivo de la permanencia bastante cercano aún sin llegar al ecuador del curso.

Para explicar esta crisis por la que está atravesando el equipo vitoriano, basta con fijarse en los números. Tras unas sensacionales diez primeras jornadas en las que solo se tropezó en las visitas a Barcelona y Levante, en las cinco últimas fechas ligueras se han acumulado tres derrotas, una más con la mitad de partidos. Si en esa racha inicial se quedó la portería albiazul imbatida hasta en cuatro ocasiones, en estos últimos cinco encuentros se ha recibido siempre al menos un gol. Y en dos ocasiones no se ha conseguido marcar, las mismas que en esa citada decena de encuentros con las que se abrió el curso.

Una perdida de eficacia en las áreas, donde El Glorioso había rozado la perfección, que se está pagando con puntos perdidos y también con la prematura eliminación copera. La sensación de que el equipo de Abelardo ha perdido la solidez defensiva que le caracteriza y que tampoco ahora tiene la efectividad en el remate que evidenció en los primeros encuentros.