Vitoria - La resaca del partido frente al Girona, además de la consecuencia directa de caer eliminados de la Copa, ha dejado una serie de damnificados como Daniel Torres, Vigaray, Adrián Marín, Adrián Diéguez o John Guidetti. Es a este último al que quizá la eliminación le afecte más que a los otros albiazules citados. Es él, a diferencia de los demás, el jugador de ataque que tras la baja de Munir iba a ser o se presumía como el claro candidato a suplirle. La afición y quizá el cuerpo técnico así lo esperaba.

Para poner en situación la delicada situación del sueco habría que echar la vista atrás y retroceder, no mucho, en el tiempo. Este mismo año se ganó el corazón de los seguidores del Glorioso que vieron en él un inmejorable acompañante a Munir y, cómo no, un gran receptor de los centres de Ibai Gómez. De esta manera finalizó la temporada con el Alavés. Además de salvado, gracias a una excepcional segunda vuelta, donde Guidetti fue un jugador importante. Merced a su buen hacer en el campo el Alavés materializó su opción de compra fichándolo para las próximas cuatro temporadas.

Así concluyó el curso y se embarcó con su selección a disputar una ilusionante Copa del Mundo en Rusia. Tuvo una participación residual y no destacó sobremanera. Cabe recordar que es suplente pero aún así participó. Una vez eliminados y con Abelardo preparando su primera pretemporada en el Deportivo Alavés, el atacante se incorporó tarde. Con esto no es que tuviera más vacaciones de lo normal pero resulta curioso que habiendo tenido la participación que tuvo en el Mundial no se hubiera incorporado antes, además viendo que el club apostaba por él como delantero. El conjunto albiazul solo firmó a Borja Bastón en verano para el ataque y no fue hasta casi el final del mercado cuando incorporó a Calleri, que finalmente se ha ganado a la grada con su tesón, entrega y goles.

Así las cosas, el nórdico se unió al club habiendo cumplido el 100% de sus vacaciones y cuando se presentó a los entrenamientos se le vio bajo de forma. En un principio este aspecto no se tuvo en cuenta pero con el paso de las semanas la situación no mejoraba para nada. Dio comienzo la liga, el Alavés empezaba sin una referencia arriba y un desconocido Jonathan Calleri estaba en la grada de Mendi adaptándose a la ciudad y a los conceptos del entrenador. En estos partidos Abelardo le fue probando. Unas veces más tiempo y otras, en cambio, menos. Siguió entrenando pero sus participaciones oficiales se iban esfumando. La guinda puede que se produjera cuando, en un partido tan importante como contra el Real Madrid, no fue convocado. Es ahí cuando quizá el delantero sueco vería cada vez más lejana la posibilidad de poder entrar en un once. Mientras tanto, siguió entrenando y esperando la oportunidad, esa que cada vez resultaba más imposible que llegase vista la buena dinámica del equipo.

En esta situación la afición ya se había olvidado de él y había encumbrado a Calleri como nuevo héroe. Éste comenzaba a cumplir lo que en su presentación prometió ofreciendo trabajo y entrega. Así, quizá en la cabeza de Guidetti solo estaba la Copa del Rey. Él pensaría que esa era su última baza para volver a reengancharse con la afición y el famoso guidettismo, ya extinguido.

Llegó la ida copera en casa y se le dio la oportunidad de jugar pero no hizo gran cosa y además el equipo empató, lo cual complicaría aún más el pase a la siguiente ronda. Con esto, llegó el partido del pasado miércoles en Montilivi. El Pitu Abelardo apostó por él y de acompañante tendría a Bastón. Al madrileño se le vio entregado y aunque no haría un partido brillante se le vio incisivo de cara a portería sin dejar de intentarlo hasta que gracias al error de Alcalá logró el gol.

La otra cara de la moneda fue John Guidetti. Quizá por la presión o por saber que no está al nivel y querer de este modo hacer más de lo que se puede hacer, hizo un mal partido. Estuvo torpe y fallón a pesar de que en alguna ocasión tuvo acierto como en el pase a Bastón. Aún así en líneas generales no estuvo al nivel que se requiere de un delantero de un equipo que en ocasiones tiene que echarse a los demás a las espaldas y desatascar él solo el encuentro. Así lo hizo en el área rival Portu. En el caso del atacante sueco, no es por calidad, que le sobra, o ganas, que seguro no le faltan. Está en un punto de difícil retorno en el que él mismo se somete a una presión enorme.

En su caso, aunque resulte extraño, la buena dinámica liguera no le beneficia para nada y la eliminación en Copa le ha podido condenar al ostracismo. En un equipo en el que solamente juega un partido a la semana resultará muy difícil entrar si las cosas van bien. Él, lo sabe y lo supo el miércoles al caer eliminado. De esta manera, se le abren dos posibilidades, una seguir intentándolo y revertir la situación u otra buscar una salida donde, cambiando de aires, logre ser el que fue. Como ejemplo de esto podría estar Paco Alcácer, que ha pasado de no jugar en el Barcelona a ser pichichi con el Borussia de Dormund en Alemania.

La situación no es fácil pero las cosas se le han complicado a Guidetti y a todos aquellos jugadores del Alavés que, pese a entrenar, bien ven las posibilidades de jugar muy lejanas, debido a que solo jugarán un partido por semana y la dinámica es buena en el frente doméstico. Deberán, muchos de ellos, decidir en el mercado de invierno qué hacer.