- Aunque quizá no sea uno de los asuntos urgentes dentro de la carpeta azul del director deportivo, Sergio Fernández, la realidad de Sergio Llamas es que más pronto que tarde habrá que buscarle una solución. Básicamente por una cuestión de tiempos, por lo que será en los próximos días cuando se solvente el asunto por el beneficio de ambas partes. La situación contractual del jugador vitoriano es la que marca la premura de una inminente negociación. El centrocampista se encuentra en estos momentos en la fase final de su acuerdo con el club, que expira el mes de junio del año que viene, lo cual exige un acuerdo entre ambas partes para aclarar su futuro lo antes posible. Máxime cuando es público y notorio que Sergio Llamas no entra en los planes ni del club ni del propio Abelardo de cara a la próxima temporada.

En este contexto, las opciones que se presentan en el horizonte se cuentan con los dedos de una mano. O bien acordar con su agente una renovación de su contrato con el Alavés y buscar una nueva cesión en un conjunto de superior categoría que bien podría ser el Sochaux de la Segunda división francesa -destino en el que también podría tener acomodo otro canterano como Einar Galilea tras su experiencia en el NK Rudes croata-, o bien rescindir el mismo e iniciar entonces la búsqueda de un nuevo equipo con la carta de libertad en la mano.

Llegado este caso, sería la entidad albiazul quien tendría la facultad de facilitar la salida del jugador. Habría incluso una tercera vía, altamente improbable, que pasaría por acordar ambas partes un traspaso como consecuencia del interés de algún club por parte de Sergio Llamas, un escenario de difícil encaje en estos momentos habida cuenta de los números que ha firmado el jugador en las últimas tres temporadas con el Glorioso, donde apenas contó para Bordalás en la campaña del ascenso (la 15/16), tampoco para Pellegrino en Primera División -los pocos minutos que el argentino le dio fueron en Copa- ni entró en los planes de Luis Zubeldía en la pretemporada del pasado curso, lo que motivó su salida del primer equipo y su posterior cesión al Real Unión de 2ª B.

Dos escalones hacia atrás de un plumazo que además llegaron cargados de mala fortuna para el vitoriano, ya que una inoportuna lesión al poco de llegar en uno de los dedos de su pie le ha mantenido de baja casi cuatro meses. Así y todo, según reconocen desde el club fronterizo, su rendimiento en el tramo final de la temporada ha sido espectacular, motivo por el cual estarían “encantados” de volver a contar el próximo curso con el jugador.