Vitoria - Tras haber recuperado ante el Sevilla las sensaciones que olvidó contra el Granada y después de haberse dejado por el camino importantes puntos en su gran reto de acercarse a la séptima posición y con ella a Europa, el Deportivo Alavés continúa esta tarde en Málaga su periplo ante rivales andaluces. El equipo vitoriano viaja con el reto de regresar a la senda del buen rendimiento a domicilio para engancharse otra vez con garantías a la pelea por esa última plaza que otorga derecho a disputar la Liga Europa o, al menos, que permita concluir la campaña del regreso a la máxima categoría en la mejor posición que sea posible. De paso, en La Rosaleda quiere sumar el conjunto vitoriano los tres puntos que le certifiquen, sino matemáticamente sí virtualmente, la presencia durante una campaña más en Primera División, aunque esta cuestión se ya da por hecha con los registros puntuadores actuales y que caerá por su propio peso en cuestión de tiempo.

En esa ilusión del alavesismo por pelear por Europa, lo que es evidente es que no se puede repetir la imagen que hace apenas diez días se ofreció en la vecina Granada. Entonces, el equipo de Mauricio Pellegrino se olvidó por completo de sus señas de identidad para protagonizar prácticamente una hora de juego que entra de lleno en los peores minutos de este Glorioso a lo largo del curso. La tensión competitiva se quedó lejos del Nuevo Los Cármenes y el cuadro albiazul en nada se pareció a sí mismo hasta que se encontró con un gol, tras haber marcado dos el cuadro nazarí, que le enganchó a un partido en el que, con esa gran reacción, a punto estuvo de llevarse premio.

En La Rosaleda, ante otro oponente seriamente herido y en el que Míchel se estrenará en el banquillo, el Alavés no puede permitirse rebajar ni un ápice su intensidad. Cuando esto le sucede, por suerte las menos de las veces, su vulgaridad asusta. Todos los argumentos de este equipo se sustentan sobre compromiso, esfuerzo y sacrificio. Si estos factores no se ponen sobre el tapete, el resto no aparecen por arte de magia. Si esas premisas se cumplen, el equipo, aunque con sus problemas recurrentes, siempre se ha mostrado competitivo.

Partiendo de esa base que ha de ser inamovible, El Glorioso quiere recuperar esa versión de visitante peligrosísimo que se olvidó en Granada. Sobre su enorme capacidad para sumar puntos a domicilio se sustenta la notable campaña que están firmando los de Pellegrino y se aspira a dar otro salto más en ese sentido. Asentado sobre una defensa sólida y con un gran trabajo en la presión y recuperación, los albiazules resultan mortales en ese juego del cazador que aguarda a su presa. Sus rápidas dentelladas causan serias heridas a unos oponentes incapaces de neutralizar a este equipo cuando ha estado serio lejos de Vitoria.

a expensas de cambios El preparador alavesista se verá obligado esta tarde a hacer un cambio con respecto a ese once que ha tomado como base y que tan buen rendimiento le está ofreciendo y la duda está en saber si el técnico argentino se limita a ese único relevo o si realizar alguna permuta más dando entrada a uno de esos jugadores que están llamando con fuerza a las puertas de la titularidad o si deja fuera a uno de los que en las últimas semanas ha bajado su rendimiento.

El cambio obligado llegará en un lateral derecho en el que Theo causará baja por sanción por tercera vez en lo que va de temporada. Le llegará de nuevo la oportunidad a un Raúl García que fue importante en el primer tramo del curso, sobre todo actuando como tercer central, y que apenas ha tenido protagonismo -incluso es uno de los descartes habituales en las convocatorias- en los últimos meses.

La duda viene marcada por el último rendimiento de un Óscar Romero que está llamado a ser importantísimo en el tramo final de la temporada y que bien podría ser titular esta tarde. De la misma manera, habrá que ver si Pellegrino sigue confiando en Deyverson como delantero titular -Santos se quedó en Vitoria- o si opta en esa posición por una alternativa.