Vitoria - El Alavés ha cerrado un aciago mes de octubre con solo un punto sumado en los cuatro partidos disputados y pasa la hoja del calendario para encarar los tres duelos que le esperan en noviembre. En los próximos 30 días va a tener tres enfrentamientos, con salidas a Pamplona y Villarreal, recibir al Espanyol y descorchar su presencia en la Copa del Rey con el duelo de ida ante el Nástic de Tarragona como cierre.
Tienen los de Mauricio Pellegrino el propósito y la necesidad de revertir esta situación para comenzar a sumar los puntos que le permitan remontar en la clasificación hacia posiciones más desahogadas. Hay que poner tierra de por medio con la zona caliente de la tabla, que ahora tienen a solo dos puntos, sin tener en cuenta el resultado de anoche entre el Deportivo y Valencia. El calendario se perfila ya hacia el final de la primera vuelta y este mes que hoy comienza va a resultar determinante para empezar a colocar al equipo en la zona en la que transitará en la segunda mitad de la liga. La visita a El Sadar, además de la rivalidad por la proximidad geográfica y el excepcional ambiente que generarán ambas aficiones, debe servir para volver a sumar lejos de Vitoria. Desde el triunfo en el Camp Nou, el pasado 10 de septiembre, los albiazules no logran pescar nada en sus desplazamientos y han vuelto de vacío desde Valencia, Sevilla y San Sebastián. El estadio navarro se presenta como un feudo favorable para recuperar la senda de los puntos lejos de Vitoria. El equipo de Martín Monreal no sabe todavía lo que es ganar ante su afición y ha resuelto sus cinco comparecencias con dos empates y tres derrotas. Solo han puntuado los rojillos ante Celta y Las Palmas, mientras Real Sociedad, Espanyol y Betis se llevaron el máximo botín de Pamplona.
Se cumple además casi un tercio del campeonato y ya dispone Mauricio Pellegrino de los partidos necesarios para hacer una radiografía muy aproximada de los mimbres con los que cuenta. Pidió el argentino que transcurriera una decena de duelos para poder emitir un veredicto referido a las capacidades que puede albergar este Alavés que pilota. Hasta la fecha el conjunto albiazul se ha mostrado como un bloque con unas características muy definidas. Todo el engranaje de juego se articula desde el trabajo y solidez defensiva con la premisa de tapar los espacios al rival gracias a un posicionamiento con todos los hombres muy unidos y próximos como manera de taponar el camino a la portería propia. A partir de ahí edifica el Alavés su juego ofensivo y por ahora se ha destapado como uno de los mayores lastres el llegar a la meta rival con una cantidad de peones suficientes como para generar problemas a los contrarios. El hecho de tener la zona de defensa tan bien protegida motiva que el campo se le haga muy largo al equipo y transcurran muchos segundos desde que el primer atacante llega con el balón y a la espera de que se le sumen más compañeros. En esta faceta se ha destapado Deyverson como el mejor elemento ofensivo y referencia goleadora con cuatro dianas de la decena que ha anotado el Alavés.
pobre octubre Dan carpetazo los albiazules a un horrendo mes en el que han sido, junto al Granada, el peor conjunto de la competición en cuanto a los puntos sumados. Andaluces y vitorianos solo han podido pescar un punto en los cuatro partidos y les superan otros rivales como el Sporting de Gijón que ha obtenido dos, el Betis tres y el Deportivo de La Coruña que llegan a los tres, mientras el Osasuna, rival el sábado, se ha hecho con cinco puntos en los cuatro partidos del mes que terminó ayer.