Donostia - El Alavés competitivo en todos sus desplazamientos no hizo ayer acto de presencia en un derbi en el que las opciones de puntuar se esfumaron casi de inicio. Tan pronto como los 21 minutos que tardó en llegar el gol de la Real Sociedad, obra de Xabi Prieto. El capitán txuri-urdin le endosó a los albiazules el gol más tempranero en lo que va de curso -el anterior había sido de Laguardia en propia puerta a los 28 minutos en Valencia, el único encajado en las primeras partes hasta aayer- y en ese mismo instante quedó finiquitado el partido por la incapacidad de los de Mauricio Pellegrino para reaccionar. Todo lo contrario, lo que vino a continuación fue peor todavía. Un Glorioso que se dejó el carácter competitivo que le había caracterizado en alguna parte entre Vitoria y Donostia y que por primera vez en la campaña no fue siquiera capaz de plantar cara a un rival que acabó gustándose ante la escasa competencia que se encontró en un oponente que arrancó a contrapié y ya estuvo torcido durante todo el partido.
El derbi se empezó a teñir de oscuro casi desde su inicio. Las primeras partes a domicilio habían sido siempre brillantes. Ante Atlético, Barcelona, Valencia y Sevilla se jugó a los que el Alavés dispuso durante los primeros 45 minutos y los problemas aparecieron en los tramos finales. Ayer la tendencia se fue al garete en un período inicial para olvidar que recordó muchísimo a esos encuentros en los que el cuadro albiazul se ha pertrechado en torno a su área para intentar no encajar a base de resistir y resistir. A veces se ha conseguido con ese punto de fortuna siempre necesario. Ayer, con todo un partido por delante, era un suicidio anunciado.
El gol llegó a los 21 minutos como pudo haber llegado mucho antes porque la Real Sociedad no se alejó ni un metro de la zona de peligro. Acumular muchos jugadores ahí no significa que se defienda bien, pero en muchas ocasiones al menos sirve para convertirse en un frontón. Falló el sistema de seguridad, pero mucha causa de ello fue de nuevo la incapacidad para dar un buen primer pase. A la recuperación le seguía de inmediato la pérdida y así era imposible alejar el peligro.
Pero lo peor de todo es que El Glorioso ayer no reaccionó. La lesión de Laguardia abrió un boquete definitivo que aprovechó Willian José. Con el 2-0, el único con pundonor fue Femenía. Al final, el 3-0 completaría la jornada más aciaga del curso.