VITORIA - El capitán albiazul Manu García fue uno de los más activos en los prolegómenos al almuerzo que ayer sirvió como colofón a la temporada del Alavés del ascenso. Se encargó de firmar camisetas y balones tanto para él como para el resto de compañeros antes de sentarse a la mesa junto al cuerpo técnico e integrantes del Consejo de Administración. El centrocampista afronta unas jornadas para “desconectar y liberarse del fútbol” tras una extenuante temporada y con muchos momentos de tensión acumulados.
Una de las preocupaciones que se va a llevar consigo es la referida a su futuro porque termina contrato con el Alavés el próximo día 30 de junio. El vitoriano arranca este periodo de descanso “sin novedad”, reconoció, y sin que se haya producido ninguna conversación con el responsable de la parcela deportiva sobre su posible continuidad en la entidad. “Todavía no hay nada hablado”, reiteró Manu García antes de sentarse a la mesa y aludió también a poder desgranar su futuro profesional “lo antes posible” para tener un mejor descanso con el panorama profesional resuelto. Con el ascenso a la máxima categoría llega el turno de “ver las circunstancias del club y las mías propias” para abordar una posible continuidad en el equipo de su ciudad aunque de momento no ha habido intercambio de opiniones.
Manu García es, junto a Jagoba Beobide, uno de los dos únicos supervivientes de la plantila que ha logrado el ascenso desde la Segunda División a la Liga BBVa en solo tres temporadas. Por este camino han quedado momentos épicos como el de la agónica salvación lograda en Jaén ayer hace dos años. “Es una fecha ya marcada para ese grupo de jugadores en un partido inolvidable”. - J. L. del C.