Vitoria - Cuando se fue a la cama el sábado, el Deportivo Alavés olvidó poner la alarma para despertarse temprano y acondicionarse al partido matinal y su estado de adormecimiento durante los primeros minutos del duelo contra el Almería lo acabó pagando muy caro al no poder mantener firme la fortaleza de Mendizorroza. Un despiste al que no hubo manera de sobreponerse. Un gol a los 53 segundos de juego que pesó como una losa sobre los albiazules. Cuando se les despejó la mente, ya casi mediada la primera parte, y se dieron cuenta del desaguisado perpetrado, era ya demasiado tarde. Para un equipo que vive de no encajar y de maximizar cada diana propia, un tanto en contra supone una montaña prácticamente inexpugnable. La reacción llegó, pero no los remates, ayer desaparecidos. El único peligroso entre los tres palos de Casto supuso el gol del empate, obra de Raúl García en el minuto 88. Ante un rival que evidenció un enorme nerviosismo y con una defensa que dejaba filtrar el balón con absoluta comodidad, El Glorioso se trastabilló una y otra vez.
Bordalás recurrió a su once de gala, pero la puesta en escena del cuadro albiazul fue un desastre absoluto. Con saque inicial a favor, una pérdida rápida le dio al Almería un saque de esquina que en primera instancia no parecía revestir peligro, pero en el que Míchel Macedo se adelantó en el rechace a un Juli confiado. El disparo del lateral lo despejó Pacheco como pudo, pero solo en el área pequeña Saveljich cabeceó a puerta vacía para adelantar a su equipo los 53 segundos.
No podía ser más negativo el arranque, pero incluso pudo ser peor todavía. El cuadro albiazul estaba perdido en el campo, completamente dormido, y el equipo andaluz campó a sus anchas. En un nuevo saque de esquina, Carpio apareció providencial para despejar un remate de Quique en boca de gol.
Hubo que esperar más de veinte minutos para que el Alavés se desperezara y se conectara a un partido que ya estaba cuesta arriba. A base de empujar y apretar comenzó a forzar los errores de un rival que vive atenazado por los nervios y que cometió errores impropios de su calidad. Se sucedieron un par de regalos y comenzaron a forzarse saques de esquina, pero a la hora de verdad no llegaron los remates. Un par de disparos tímidos desde la frontal de Manu y Raúl García fueron todo el bagaje de una primera parte en la que el equipo, y Mendizorroza con él, se fue calentando con la actuación del colegiado. Al descanso, un resultado desfavorable y la obligación para la vuelta de apretar mucho más para poner en mayores apuros a un Casto que ya había evidenciado sus dudas.
Aún con mayor presencia en campo rival, le faltaba al cuadro albiazul un punto más de empuje. Y los buscó Bordalás con la doble entrada a los 58 minutos de Barreiro y Llamas. Y en su primera acción, los dos recién ingresados propiciaron la primera acción de peligro clara en la que Dani Pacheco no fue capaz de sacar un buen disparo ante Casto.
Insistía el cuadro vitoriano, más aún desde la entrada de Abalo, pero sin ser capaz de encontrar un remate bueno. Los malos controles en situaciones de superioridad abundaron. Se alcanzaban las inmediaciones del área sin grandes problemas, pero, una vez ahí, las ideas se nublaban por completo.
Eso sí, no dejó el Alavés de insistir. No se le puede reprochar nada en ese aspecto a este equipo. Con el Almería perdiendo tiempo descaradamente, lo que conllevó la expulsión de Quique por su tardanza a la hora de realizar un cambio, el equipo de Bordalás se volcó sobre el área rival. Y el premio llegó en el único remate entre los tres palos de toda la matinal. Un centro de Juli que apareció para cabecear por sorpresa Raúl García, que consiguió la igualada a los 88 minutos. El premio pudo haber sido mayor, pero Barreiro no llegó al balón en una estirada a puerta vacía. Un punto que tiene que darse por bueno visto el desarrollo del partido, pero una victoria que se tiró por la borda por culpa de una puesta en escena lamentable que se acabó pagando muy cara.
Catastrófico arranque. El desastre del inicio del partido, con un gol en contra a los 53 segundos, condicionó todo el encuentro. El Alavés, que tardó veinte minutos en activarse, buscó sus opciones, pero los atacantes no estuvieron nada finos con el balón y todas las acometidas quedaban abortadas en las inmediaciones del área. De la insistencia en la llegada, que no en el remate, llegó el empate.
El lateral izquierdo fue determinante con el gol del empate en un cabezazo después de aportar durante todo el partido mucha profundidad con sus incorporaciones por la banda.
A pesar de estar muy activo y dar la asistencia de gol a Raúl García, el de Alcoy vivió una mañana aciaga enredándose mucho con el balón y cometió un error grave en el gol visitante.
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0-1, minuto 1: Saveljich. Tras un saque de esquina, Míchel gana la partida a Juli, su disparo lo rechaza Pacheco pero lo deja para el cabezazo de Saveljich solo.
1-1, minuto 88: Raúl García Centro desde la derecha de Juli y el gallego aparece en el área para conectar un cabezazo cruzado que supera a Casto.
Expulsó por doble amarilla a Quique (minutos 24 y 84). Amonestó a Laguardia (minuto 26), Pelegrín (minuto 36), Guichón (minuto 38), Fatau (minuto 40), Saveljich (minuto 62), Dubarbier (minuto 63), Chuli (minuto 67), Iago Díaz (minuto 71) y Casto (minuto 78). Expulsó del banquillo del Almería a su preparador físico, Carlos Sebastián Somoza, en el minuto 78, y al ayudante de entrenador, Jorge Horacio Borelli, en el minuto 88.
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