Vitoria - La posición de delantero centro ha sido la más voluble a lo largo de toda la temporada, ya que Alberto no parece haber dado con la pieza idónea para la punta de lanza de su equipo. Manu Barreiro, quien parecía llamado a ser el referente del equipo en verano, se ha erigido en titular en las últimas jornadas y ya es el ariete con más titularidades, pero el compostelano sabe de sobra que puede perder esa condición de hombre de inicio en cualquier momento y volver a quedar relegado al segundo plano en beneficio de Ranko Despotovic o Ion Vélez. Así ha sido la tendencia de todo el curso, ya que los tres hombres que han actuado como nueves del equipo se han ido intercambiando los papeles una semana tras otra. De la titularidad a la grada el paso ha sido muy rápido. Y también en el sentido contrario el camino se ha recorrido ya en varias ocasiones en lo que se ha convertido en el mayor baile de piezas es lo que va de temporada sin que en ningún momento ninguno de los delanteros se haya sentido fijo en el puesto.

Las dos últimas titularidades de Barreiro, que ha partido en el once inicial en diez de los 26 partidos disputados, han servido para romper el triple empate que se arrastraba con ocho presencias en el once inicial en la punta del ataque para cada uno de los tres protagonistas. En números absolutos, ha sido Vélez el más utilizado por Alberto, pero hay que tener en cuenta que el de Tafalla ha alternado la presencia como ariete único con varios episodios partiendo como mediapunta o, incluso, actuando escorado a banda. Eso sí, llama la atención que habiendo en plantilla otros dos nueves puros el preparador alavesista haya optado en tantas ocasiones por el navarro como única referencia.

Para los delanteros albiazules, estabilidad y continuidad no han sido términos a incluir en su particular diccionario. Hacerse con la titularidad y mantenerse en ella durante un tiempo largo ha sido casi imposible. Bien lo refleja el hecho de que el máximo número de titularidades consecutivas de un punta lo ostenten, con cuatro seguidas, Barreiro (de la jornada 10 a la 13) y Despotovic (entre la 20 y la 23).

El caso más curioso es el protagonizado por el delantero gallego que deslumbró con el Racing de Ferrol las dos últimas temporadas y que este año ha pasado de héroe a villano de una semana para otra. Vistas sus cualidades y su rendimiento cuando ha tenido minutos, es difícil encontrar razones que justifiquen que no haya jugado bastante más. Pero menos explicable es que haya pasado del todo a la nada, y viceversa, en períodos de tiempo muy cortos.

El santiagués comenzó el curso como titular, pero tras los cuatro primeros partidos enlazó cinco suplencias consecutivas. Llegaron después cinco titularidades en los seis siguientes partidos. Y, después, el abismo. No jugó ni un solo minutos en los tres siguientes partidos, fue uno de los relevos desde el banquillo en los tres siguientes choques, se quedó sin jugar de nuevo ante el Leganés y, para finalizar la serie, ni siquiera fue convocado a Huelva, quedando fuera de la citación por primera vez en el curso.

Llegó el parón por la suspensión del partido contra Osasuna y Alberto lo recuperó para sus planes, aunque de nuevo jugando solo cuatro minutos ante el Barça B. Entonces, de nuevo volantazo del irundarra, que ha vuelto a apostar por Barreiro como titular en las dos últimas jornadas, convirtiendo así al gallego en el delantero más usado.

Este regreso del compostelano al once inicial ha supuesto la desaparición de un Despotovic que atravesaba su mejor momento del curso en lo que a presencia en el equipo se refiere antes de quedar de nuevo relegado al segundo plano. El balcánico no pudo estrenarse como titular hasta la séptima jornada y entonces enganchó tres partidos seguidos de inicio. Tras nueve compromisos en los que apenas acumuló 64 minutos, Despotovic recobró la titularidad en el cierre del año en Girona, una condición que habría mantenido ante el Mirandés de no haber regresado tarde de las vacaciones navideñas. Tras ese choque en el que no pudo participar, actuó de inicio en los cuatro partidos previos al suspendido ante Osasuna. Y justo desde ese parón no ha vuelto a disponer ni de un solo segundo.

Para Alberto, Vélez supone la alternativa al uso del ariete clásico. Sobre todo en partidos a domicilio ante equipos llamados a grandes cosas esta temporada, el navarro ha sido el elegido para actuar como referencia arriba. Es evidente que de cara al gol no es el futbolista más fiable, pero en cuanto a desgaste, trabajo y presión, amén de una interesante punta de velocidad, aporta más que los dos delanteros puros. La alternativa ha sido muy usada a domicilio con bastantes buenos resultados, pero chirría más cuando ha sido la opción en casa.

Vélez, además, ha sido en muchas ocasiones el acompañante del nueve. Y es que aquí Alberto ha sido más rígido en sus ideas, apostando casi siempre por el navarro o por Juli como segundo punta. Una opción que no se ha explotado casi nada en todo el curso es la de ver al mismo tiempo sobre el césped a los dos arietes de la plantilla. Así, Barreiro y Despotovic solo han estado juntos sobre el césped durante setenta minutos, repartidos en cuatro choques. Poco tiempo de estos dos hombres juntos, más aún teniendo en cuenta que en la Copa hicieron pareja durante 164 minutos. Mientras, la opción de no contar con ninguno de estos tres jugadores como referencia arriba, aunque rara, también ha sido utilizada por el preparador albiazul en el final de tres compromisos durante 41 minutos.

Actualmente, Barreiro es quien se impone en este particular baile, pero todo puede cambiar mañana mismo en Palamós. Y es que si por algo se ha caracterizado Alberto es por sus constantes variaciones a la hora de apostar por uno u otro delantero.