Vitoria - Es tal la cantidad de equipos históricos que se encuentran purgando sus males en la Liga Adelante que las visitas a estadios de relumbrón se han convertido en una constante a lo largo de la presente temporada para el Deportivo Alavés. El Sadar, La Romareda, Son Moix, El Sardinero o Heliodoro Rodríguez López son claros ejemplos de este periplo albiazul por varios de los campos más sonoros del fútbol estatal. En el calendario se dibujan aún lejanas las visitas al José Zorrilla y El Molinón, con mucha historia también a cuestas. Pero, sin duda, la visita más llamativa de toda la temporada es la que El Glorioso tiene que afrontar esta tarde al Benito Villamarín para tratar de hacer frente a un Betis que en agosto se situó en la línea de partida de Segunda División como el más cualificado aspirante al ascenso de categoría al contar con una plantilla que se mantiene en gran parte de la que descendió el año pasado y que podría ser la envidia de no pocos de los clubes que integran la Primera División. No obstante, son los resultados los que ponen a cada uno en su sitio y el presente señala que el cuadro verdiblanco, histórico donde los haya, es ahora equipo de plata. Es más, el panorama no está resultando ni mucho menos tan idílico como le gustaría a un beticismo que no está disfrutando en el arranque de la temporada. Y, precisamente por esas dudas que transmite el rival de esta tarde, el Alavés empuñará su fusil para tratar de cazar en la guarida del gran lobo de la Liga Adelante.

De partida, el equipo de Alberto ni siquiera se viste la piel de cordero. Ni mucho menos. Si algo ha demostrado una semana tras otra esta nueva versión albiazul es que se trata de un bloque granítico que compite allá por donde juega. Duro como el pedernal. No es el más brillante con el balón, pero en lo que se refiere a litros de esfuerzo no se queda atrás con nadie. El conjunto vitoriano es uno de esos que causa pavor, sobre todo en los aspirantes al ascenso que temen perder puntos por el camino. Y en eso, este Alavés es especialista. No por nada es uno de los equipos que menos partidos ha perdido en lo que va de temporada. Por poner un ejemplo, el Betis ha salido ya derrotado en cuatro ocasiones. Los albiazules, solo en tres.

Las armas alavesistas en la visita al Benito Villamarín son conocidas más que de sobra, pero se verán expuestas a un examen que no encuentra parangón en toda la Segunda División. La plantilla que maneja el muy cuestionado Julio Velázquez asusta. Le sobra dinero a este Betis que cuenta con bastante más presupuesto que no pocos clubes de Primera. Y eso le ha permitido mantener en sus filas a varios futbolistas que tienen un nivel muy por encima de la media. Sobre todo en lo que se refiere a la vanguardia, donde el listado de opciones que maneja el preparador salmantino es para quitar el hipo, con Rubén Castro a la cabeza. La tarea del equipo de Alberto no será sencilla: mantener la habitual concentración y seguridad en torno a Manu Fernández para candar de nuevo la portería y llevar el nerviosismo a unas gradas que no están para nada satisfechas con el rendimiento de su Betis.

sin olvidar el ataque Sin el lesionado Laguardia, Einar tiene ante sí una nueva oportunidad de exhibir su potencial en un escenario de calibre mayor. No será solo cuestión del joven vitoriano, ya que esta tarde se exige un trabajo casi perfecto de todo el colectivo, pero no hay duda de que los focos estarán fijados en este futbolista que llena de ilusión las esperanzas del alavesismo.

Eso sí, como bien se encargó de señalar Alberto en la previa, en el Villamarín el Alavés no se puede pasar los noventa minutos encerrado atrás y defendiendo. Los cuatro empates consecutivos empiezan a ahogar. No se pierde, pero tampoco se gana. Y punto a punto se escapan opciones por el sumidero. Y la línea roja se acerca a la popa de la nave vitoriana. Imponerse al Betis supondría tranquilidad para un tiempo considerablemente largo y no encarar con enormes urgencias el duelo con el Numancia en Mendizorroza. Y también el aldabonazo definitivo para este equipo que ha demostrado ser extremadamente competitivo, pero al que le ha fallado la definición en momentos puntuales para que su casillero y su clasificación se correspondan con el esfuerzo realizado sobre el césped.

Habrá que ver cómo dispone Alberto un equipo que en vanguardia podría ser bastante novedoso buscando un perfil físico para tratar de ahogar el juego del equipo verdiblanco y los contragolpes en pos de la sorprensa. Y es que el Alavés va con el fusil cargado, presto a cazar dentro de la guarida del lobo.