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1-0, minuto 59: Barreiro. Centro desde la derecha de Medina que Barreiro controla de pecho y baja al césped para inmediatamente sacar un disparo a media altura que Falcón toca pero no es capaz de desviar.

1-1, minuto 74: David Rodríguez. Falta lateral que la zaga albiazul no es capaz de despejar y Guichón pone el balón al segundo palo, donde remata solo David Rodríguez.

Expulsó por doble amarilla a Djené (minutos 19 y 29) y por roja directa a Sangalli (minuto 84). Amonestó a Sanz (minuto 32), Verdés (minuto 63), Escassi (minuto 82), Ángel (minuto 84), Fausto (minuto 87), Charlie (minuto 92) y Chema (minuto 92). Roja al segundo entrenador del Alcorcón en el minuto 64.

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Vitoria - Lo que durante todo el día fue una fiesta en el entorno de Mendizorroza con la celebración de los noventa años acabó con uno de los enfados más monumentales que se recuerdan en la historia del estadio. Un empate con sabor a bilis por no haber sabido primero aprovechar la ventaja en el marcador y después marcar un penalti ya en el tiempo de descuento. Pero, resultado a un lado, fue la actuación del Alcorcón y la del colegiado Munuera Montero la que sacó de quicio a todo el alavesismo. Los madrileños sobrepasaron todos los límites del Reglamento con la condescendiente aquiescencia de un árbitro que pensó que el cupo estaba cubierto con una expulsión. Y en esa trampa de agresividad y locura cayó un Glorioso incapaz de inyectar anestesia a un partido que tenía en el bolsillo tras el gol de Barreiro y que a punto estuvo de perder, y de ganar, en un final de infarto.

Le dio una vuelta importante Alberto a su once inicial, sobre todo desde el punto de vista de la idea futbolística. Si normalmente la apuesta que realiza el irundarra es por un tipo de perfil de jugadores muy físicos que traten de ahogar al rival con su presión, ayer varió hacia otros futbolistas con una mayor capacidad con el balón en los pies. El caso más evidente fue el regreso a la titularidad de un Juanma que, ataviado con el brazalete de capitán por la sorprendente ausencia de Manu García, tomó el mando en la sala de máquinas dentro del 4-1-4-1 en el que las otras dos novedades eran las presencias de Rafa García y Juli.

Con los laterales muy avanzados y tres en el fondo como retaguardia, Juanma comandó la ofensiva ante un Alcorcón muy duro para cerrar espacios y también enormemente peligroso buscando salidas a la contra mediante desplazamientos en largo. Le tocó correr a la zaga albiazul para salvaguardar a Manu Fernández, pero más apuros le tocaron pasar en el inicio a Falcón, sobre todo en un remate a bocajarro de Barreiro que se fue desviado.

Cada vez que el Alavés se acercaba a su área, el equipo madrileño no dudaba ni un segundo a la hora de atajar esas avanzadas por métodos legales o los recogidos en el reglamentos como falta. Y así se fueron sucediendo una serie de acciones a balón parado en las que la sensación de peligro flotaba en el aire de Mendizorroza, pero de nuevo sin llegar a concretar en oportunidades claras. Lo mismo que el equipo de Bordalás, que dispuso de un par de saques de esquina en los que despertó el temor de la grada.

Un bonito toma y daca entre dos equipos muy directos en su juego hasta que en el minuto 29 Djené pagaba todas las infracciones de su equipo con una segunda amarilla que dejaba al Glorioso con superioridad numérica con más de una hora de juego por delante. Atronaba el Muchachos en Mendizorroza y el Alavés decidía que había llegado el momento de pisar el acelerador a fondo en busca del gol antes del descanso, aunque la ocasión más peligrosa en ese tramo final del primer acto la tuvo Plano en una nueva contra alfarera.

Y es que el Alcorcón no le perdió la cara al partido ni siquiera con diez jugadores, como demostró en un arranque de la segunda parte en el que volvió a poner el nudo en la garganta de todo el alavesismo. Si había que morir al final, la piel iba a venderse muy cara.

Por su parte, retocó Alberto el orden de sus mediapuntas alternando posiciones, pero no le debió gustar demasiado al guipuzcoano lo que veía cuando a los diez minutos optaba por un doble cambio dando entrada a Sangalli y Despotovic por Juanma y Toti. Al ataque con todo, una apuesta que tuvo rápido premio con un centro de Medina que Barreiro bajó al suelo para empalmar con la derecha y doblar las manos de Falcón.

Si ya estaba el partido metido en el barro, a partir del gol local se batalla se volvió todavía más cruda, con Verdés de protagonista. El central, el más tarjeteado de la Liga, debió irse expulsado tras agredir a Despotovic y casi acto seguido en un saque de esquina su cabeza impactó sobre la de un Rafa García que cayó a plomo generando un tenso silencio en todo el estadio. En todo caso, el Alavés había caído en la trampa de un Alcorcón que ofreció un cursillo avanzado de cómo llevar el Reglamento a sus límites y sobrepasarlos con impunidad cuando te encuentras con un colegiado pusilánime. Se precisaba calma y todo fue locura, con los pupilos de Alberto en un túnel sin salida. Y así puso David Rodríguez el empate en el marcador ante la impericia local por dormir el duelo y no seguir concediendo jugadas a balón parado como la que propició el tanto madrileño.

Si todo lo ocurrido entre el gol local y el empate visitante fue de galería de los horrores, el final fue de ciencia ficción. Munuera Montero tuvo a bien expulsar a Sangalli por una caricia a Ángel en un duelo que ya era de ida y vuelta y en el que el cuadro madrileño parecía tener más papeletas de llevarse los tres puntos. Así hasta que en el descuento el árbitro castigó con penalti un derribo sobre Barreiro. En medio del caos, Despotovic cogió el balón. Demasiadas malas vibraciones como para aguardar un final feliz que Falcón evitó deteniendo la pena máxima mientras el Alavés fenecía atrapado en la trampa moral alfarera.

Expulsión de Djené. El Alcorcón se empleó con enorme dureza para frenar las ofensivas alavesistas y el que acabó pagando todas las faltas de su equipo fue su lateral derecho, expulsado por doble amarilla en el minuto 29. Pero a partir de ese momento el cuadro visitante gozó de una impunidad que disfrutó a sus anchas hasta sacar de quicio al Alavés.

Falta de templanza. Tras el gol de Barreiro, el Alavés lo tenía todo a favor para ganar, pero se dejó llevar por la locura imprimida por el Alcorcón. Tras el empate, el cuadro madrileño pudo ganar y al final los albiazules fallaron otro penalti decisivo.

Cuarta jornada consecutiva marcando y objeto de penalti en la última jugada del partido, un lanzamiento que pidió tirar y acabó lanzando Despotovic. Genera mucho peligro arriba.

En juego lo hizo casi todo bien y generó mucho peligro por la banda derecha, pero cometió un grave error al tocar en la cara a Ángel y sufrir una expulsión que se puede pagar cara.

Final de nervios. El irundarra dio de entrada de inicio a Juanma y el juego del equipo lo agradeció con mucha fluidez. En el arranque de la segunda parte quemó rápido las naves para lanzar al equipo al ataque y el rápido gol de Barreiro fue el premio, pero a partir de ahí al Alavés le faltó templanza y mantener los nervios fríos en un final del partido en el que ni se defendió ni se atacó.