vitoria - Mucho se ha hablado, con preocupación por cierto, en el entorno albiazul sobre la alargada sombra de Borja Viguera tras su marcha al Athletic a cambio de un millón de euros. Fue tal la ascendencia del virtuoso riojano en el grupo que terminó sellando una angustiosa salvación en Jaén que su desembarco en Lezama parecía abrir un socavón de dimensiones gigantescas en la punta de lanza de la formación adiestrada por Alberto López. Consciente desde hace meses de que sería imposible retener a su máxima estrella ante su asequible cláusula de rescisión, Javier Zubillaga activó la maquinaria para encontrar uno o dos relevos de garantías que mitigasen la pérdida de la figura más carismática.

A las pocas semanas de haber echado a rodar un nuevo e ilusionante proyecto, todo hace indicar que el controvertido secretario técnico del Deportivo Alavés ha acertado de pleno con la elección de Manu Barreiro, un espigado delantero de 28 años y 1,92 metros que ha constituido la revelación de una pretemporada muy por encima de las expectativas iniciales . Del gallego se sabía de antemano que era un futbolista con un indudable olfato goleador tras erigirse con el Racing de Ferrol en el pichichi del grupo I de Segunda División B. La friolera de 22 tantos le avalaban tras su paso por una categoría áspera donde las cerradas defensas impiden el lucimiento de los delanteros.

Sin embargo, en la capital alavesa está evidenciando que es un jugador completo que no sólo tiene entre ceja y ceja la portería rival -ha sido el único componente albiazul que ha conseguido dos tantos en los seis partidos disputados hasta la fecha-, sino también se pone al servicio de sus compañeros con un derroche generoso y una inteligencia fuera de lo común. Amparado en una interminable envergadura, su capacidad para bajar el balón al suelo, protegerlo del acoso de sus pares y dar aire a sus compañeros para que se incorporen al ataque ha sorprendido a propios y extraños.

Con su obra de arte del pasado sábado en Laguardia, Barreiro ha dado el golpe de gracia para hacerse definitivamente con el puesto de titular en una demarcación donde la competencia es feroz con Ranko Despotovic y, en menor medida, Ion Vélez, que también puede ser una alternativa en la banda derecha. Convirtió un gol de bellísima factura prácticamente de la nada y propició los mayores murmullos de admiración en la grada tras un perfecto control, un posterior autopase y, tras acomodarse el balón, un zurdazo de manual que sorprendió a Biel Ribas, portero del Numancia que hizo la estatua.

A favor de su titularidad en el primer partido liguero en Butarque (Leganés), juega la polivalencia de la que hacía gala el propio Viguera. Tal y como quedó patente ante los sorianos, Barreiro se encuentra capacitado para actuar como hombre más adelantado y también como mediapunta. En dicha posición le ubicó el sábado Alberto en una de sus múltiples probaturas de pretemporada. Tras vivir muchas campañas en el purgatorio del fútbol estatal y militar en conjuntos de escaso fuste, el de Santiago de Compostela está decidido a reivindicarse en Vitoria como un futbolista de máximo nivel. Con actuaciones como la de Eibar y Laguardia, seguro que su nombre empieza a dar que hablar. Únicamente resta confiar en que prolongue su actual estado de gracia cuando se pongan en juego los puntos.