vitoria - El Alavés se pegó otro tiro en el pie tras la enésima tarde aciaga en Mendizorroza, que asistió a dos esperpénticos goles en contra con la consiguiente frustración de Alberto López al término del partido. "Entramos al descanso sin que nos tirasen a portería y con un gran esfuerzo. Hemos tenido capacidad para reorganizarnos y generar ocasiones", se congratuló el entrenador albiazul. Tras haber insistido el día anterior en la necesidad de candar su portería, el conjunto vitoriano volvió a dejarse dos puntos merced a dos errores que no se cometen ni en infantiles. El primero, obra de Iván Crespo, y el segundo de Manu García. "No terminamos de mejorar. Toda recuperación viene por la mejoría defensiva y con dos goles de media en contra es imposible progresar. Está el error individual. Los de hoy -por ayer- son difíciles de explicar. El equipo va recibiendo golpes y trata de levantarse, pero no conseguimos una dinámica positiva", criticó el irundarra.

Tras remarcar la necesidad de "seguir creyendo en estos jugadores", Alberto también quiso hacer sangre cuando fue cuestionado por el garrafal error de Crespo. "En la segunda parte, ha estado bien. No es fácil superarse tras esos dos goles. No es culpa de nadie, pero es culpa de todos. Un día se despista uno y al siguiente otro. Te tienes que caer seis veces y levantarte siete. Cuando el rival te tira ocho veces a puerta, lo aceptas. Pero esto es difícil de asumir", precisó.

Pese a que la situación es crítica y al Alavés solo le sostienen las matemáticas, Alberto se mostró esperanzado en revertir la situación. "El equipo estaba en buena sintonía, pero nos hemos quedado cortos otra vez. Lo importante es que estamos vivos y no bajamos los brazos. Algún día pararán las desgracias y ganaremos un partido. Es imposible que las cosas vayan a peor. Los jugadores se están habituando a competir y eso el público lo aprecia. No sé si saldremos. Desde luego, me encantaría", concluyó un técnico que se resiste a sacar el pañuelo blanco de la rendición. - O. San Martín