Vitoria. Llega el Deportivo Alavés a Mendizorroza de nuevo con cierto grado de necesidad propiciado por la que fue la primera derrota del equipo como local ante el Barcelona, solo subsanada en parte por el punto rescatado en el descuento de la visita a Zaragoza. La importancia de los tres puntos que se ponen en juego esta tarde se incrementa, además, por el hecho de tener como oponente a un rival directo como el Tenerife que en estos momentos ocupa zona de descenso pero que ya ha advertido síntomas de despegue con sus dos últimas victorias consecutivas. Imponerse a los chicharreros permitiría a los vitorianos seguir viviendo por encima de la línea roja y comenzar a marcar diferencias sensibles con algunos de los ocupantes de esos asientos calientes en los que nadie quiere estar, mientras que un tropiezo supondría que el alzamiento del vuelo alavesista quedaría de nuevo aplazado y el equipo se metería en ciertos problemas.

Nada es definitivo a estas alturas del curso, pero es una evidencia que nadie quiere estar en la zona de descenso ni una sola jornada. Así, las dos victorias consecutivas ante Hércules y Mirandés vinieron seguidas de un solo punto en los dos últimos compromisos y lo que parecía que iba a ser el asentamiento permanente del equipo de Natxo González en una zona muy apacible se ha acabado convirtiendo en un retorno a la zona en la que las arenas movedizas se convierten en una amenaza bastante real. "Venimos de empatar en Zaragoza, pero también de perder en casa con el Barça y como locales tenemos que amarrar siempre esos tres puntos. En este caso con un Tenerife que está por debajo igual sí que tienen un poco más de importancia, pero a estas alturas no es un partido decisivo ante un rival que está en buena dinámica", señaló el preparador vitoriano tras el entrenamiento de ayer.

Y en esta recaída los problemas defensivos han sido los grandes culpables. El Alavés ha perdido solidez atrás, ha concedido demasiadas ocasiones y se ha llevado un buen carro de goles. Y si no ha salido peor parado de esos chaparrones ha sido porque arriba ha tenido un acierto descomunal que, en todo caso, no esconde un mal que ha de solucionar cuanto antes porque la puntería no va a ser siempre plena.

"Es un punto débil que tenemos que corregir", enfatizó ayer de nuevo un Natxo González que considera que el "trabajo defensivo colectivo está siendo bueno", pero que al mismo tiempo aprecia "muchos desajustes" que achaca, en parte, a la incorporación de algunos jugadores que no venían siendo importantes, como los casos de Jiri Jarosik y Nano, a los que se pretende meter en dinámica tras sus ausencias ya que se les considera piezas fundamentales del proyecto.

"El trabajo defensivo del colectivo está siendo bueno, pero hay desajustes, problemas en el uno contra uno, las coberturas no están siendo lo suficientemente cercanas, la coordinación en la distancia entre los cuatro miembros de la defensa... Son desajustes que en esta categoría, ante rivales de mucha calidad y velocidad, los pagas caro", advirtió el preparador vitoriano.

Con Borja Viguera ya recuperado -en Santa Cruz aún se acuerdan de los tres goles que metió el riojano y que le dieron el título de campeón de Segunda B al Alavés- tras un par de días entre algodones por culpa de una sobrecarga en el gemelo, habrá que ver cómo compone su equipo el técnico alavesista, ya que casi con total seguridad se producirán algunas variantes con respecto a la visita al Zaragoza. No en vano, en Mendizorroza El Glorioso siempre ha tenido un perfil dominante y ha dado protagonismo al balón y al juego ofensivo y así tratará de hacerlo de nuevo ante un Tenerife que llega enrachado a Vitoria tras sumar dos triunfos consecutivos y al que Natxo González calificó ayer como "el equipo más compacto" de todos los que han pasado por la capital alavesa.

"Es un equipo que domina diferentes registros, defensivamente es muy fuerte, con un centro del campo intenso y agresivo y que ofensivamente puede introducir muchas variantes. Tiene un juego muy elaborado porque cuenta con pivotes de gran creación y arriba tiene velocidad arriba. En la transición defensa-ataque, es un equipo muy peligroso con espacios con las rupturas de Ayoze y el saber retener el balón de Aridane", concluyó