A pesar del debate suscitado en la esfera popular, las relaciones institucionales y deportivas entre el Athletic de Bilbao y el Deportivo Alavés siempre fueron cordiales. Con las tiranteces y piques propios de una rivalidad vecinal, pero saludables al fin y al cabo. Los hechos acaecidos en las últimas décadas demuestran que aquel matrimonio de conveniencia que el expresidente Juan Arregui bendijo a mediados de los 80 no sólo era lógico sino que además reportaba más beneficios que disgustos para ambas entidades, lo cual, resultaba también lógico para dos clubes tan cercanos en un país tan pequeño como Euskadi. En ese contexto de incertidumbre económica y deportiva se fraguó una relación "sólida", recuerda ahora uno de aquellos directivos, que ayer contempló con "tristeza" como ésta saltaba por los aires. "No conozco los motivos en profundidad ni quiero posicionarme, pero la experiencia me dice que mantener abierto el diálogo entre dos entidades siempre trae mejores resultados", añade.

salvado y en tercera La comunicación más reciente entre ambos clubes parece dar la razón al exdirectivo, que sitúa el punto de inflexión en la temporada 1985-86, cuando desde Ibaigane llegó un cheque por valor de 25 millones de pesetas que evitó la desaparición de El Glorioso por impago a sus jugadores. Ese salvavidas permitió conservar el nombre oficial del club y de paso comenzar una nueva andadura en Tercera División. A partir de ahí el trasiego de nombres que cruzaron Altube con destino a Lezama fue una constante que provocó en muchos casos jugosas inyecciones de capital que permitieron al Alavés seguir creciendo. Aitor Karanka, por ejemplo, fue de los primeros en dar el paso, una decisión que años después, con su traspaso al Real Madrid, reportaría al Alavés una cantidad importante por los derechos de formación de su exjugador. Al mayor de los Karanka le seguirían después alaveses como Sívori -por el que el Athletic pagó cerca de 500 millones de pesetas más la cesión de Ibon Begoña y Solaun-, y en los últimos tiempos Igor Martínez y Óscar de Marcos, hoy uno de los referentes en el conjunto de otro exalbiaul como Ernesto Valverde. Colegas como Mané, Txutxi Aranguren o Luis de la Fuente también conocieron los tiempos del acuerdo, que en el plano institucional, por ejemplo, permitió al Deportivo Alavés disputar en el mes de agosto de 1998 su primer partido de Liga en San Mamés frente al Betis (0-0) cuando Mendizorroza se encontraba cerrado por obras. Eran otros tiempos...