Córdoba. Abrió el Deportivo Alavés el curso en Girona con un partido que sembró de dudas su futuro, pero apenas una semana después en Mendizorroza comenzó a despejar los primeros nubarrones de la temporada con una puesta en escena brillante a la que solo le faltaron los tres puntos para que la felicidad hubiese sido completa. Del primer al segundo acto liguero dio un salto de varios escalones en su nivel el equipo de Natxo González, que ahora pretende corroborar esas buenas sensaciones ofrecidas en el choque contra el Las Palmas en un nuevo duelo de máxima exigencia ante un equipo como el Córdoba que ha comenzado el curso pisando el acelerador y con pleno de victorias en las dos jornadas inaugurales. Tras las malas sensaciones ofrecidas en Montilivi y lo que por momentos fue un monólogo en el estadio del Paseo de Cervantes, vuelve a examinarse el equipo vitoriano a domicilio en un compromiso que requerirá atención máxima en las tareas defensivas y en el que para sacar algo positivo habrá que atinar en alguna de las pocas oportunidades que se prevén en un duelo entre dos equipos que quieren ser reconocidos por su fortaleza atrás.
Y es que las propuestas de Alavés y Córdoba no difieren demasiado del ideario de la mayoría de los equipos que componen la categoría de plata. Para los inquilinos de los banquillos la primera premisa es dejar la portería propia a cero. En este aspecto el equipo de Natxo González ha fallado en los dos primeros partidos, aunque la evolución fue evidente. Y es que si en el choque inaugural el Girona tuvo unas cuantas ocasiones hasta que acabó marcando, en el segundo el único tanto llegó en un despiste colectivo de la zaga en una acción a balón parado. A la tercera tiene que ir la vencida y Goitia y sus compañeros en el eje de la zaga tienen que candar el marco vitoriano.
De cumplirse esta primera premisa, las opciones de conseguir el primer triunfo de la temporada se verán incrementadas varios enteros. Y es que en este segundo proyecto del técnico vitoriano en el banquillo del Glorioso comienzan a apreciarse las mismas virtudes defensivas que ya le dieron el ascenso el pasado curso. Seriedad, buena colocación, trabajo de presión... Con tiempo y entrenamientos se irán perfeccionando unos aspectos que ya perecen bien cimentados, aunque cualquier fallo como el cometido ante el Las Palmas puede acabar siendo una desgracia.
Más problemas tiene el equipo del centro del campo hacia adelante. Destruir es mucho más sencillo que construir, de todos es sabido, y en este caso las dificultades se incrementan por las ausencias de varios futbolistas que están llamados a ser piezas fundamentales en este equipo. El caso más llamativo es el de un Quiroga que tuvo que quedarse en Vitoria. Natxo González ha situado en punta en las dos primeras jornadas a Vélez y Laborda formando pareja con Viguera y ninguna de las dos opciones ha resultado convincente. Habrá que ver qué solución toma en El Nuevo Arcángel, donde la otra duda que se mantiene abierta será la identidad del ocupante del carril zurdo ofensivo dentro del 4-4-2 que el técnico de Ariznabarra ha dispuesto en los dos primeros compromisos ligueros. En Girona fue el hoy también ausente Juanma quien actuó ahí, mientras que contra el Las Palmas Emilio Sánchez partió de inicio en esa demarcación, aunque en su caso cayendo hacia el centro y liberando espacios para las subidas de Manu García. La opción del albaceteño es una de las que maneja el preparador albiazul, pero las soluciones pueden ser múltiples, así que no se descarta alguna sorpresa.
Con unos u otros, el reto que hay por delante es complicado, ya que el Córdoba ha arrancado el curso a todo trapo y se ha visto beneficiado por esa pizca de fortuna que hace falta en el balompié. Un gol en el minuto 93 le sirvió para superar a la Ponferradina y otro a balón parado le dio los tres puntos en Riazor. Muy serio atrás, concediendo muy pocas ocasiones, con dominio del balón en casa y muy peligroso en las acciones a balón parado, el Alavés no puede permitirse despiste alguno ante uno de los líderes de Segunda para lograr algo positivo.