Vitoria. Pocos veranos tan accidentados como el actual se recuerdan en la historia del fútbol español. Hay que remontarse a agosto de 1995, cuando Sevilla y Celta fueron primariamente descendidos a Segunda División B para ser luego readmitidos en Primera dando lugar a un esperpento en las dos primeras categorías del fútbol estatal que aún se arrastra con un número sobredimensionado de equipos compitiendo en cada división, para encontrar en los anales un período estival tan movido como el actual. Concursos de acreedores, episodios de impagos, tramas de amaño de partidos, irregularidades administrativas y procesos de conversión en sociedad anónima deportiva han ocupado muchísimos más titulares concernientes a la Liga Adelante que los aspectos meramente deportivos. Y la amenaza de que se extienda el folletín sigue latente, ya que el que finalmente ha sido el único afectado por el descenso administrativo, el Guadalajara, recurrirá a la justicia ordinaria para tratar de recuperar el asiento en la Liga de Fútbol Profesional que conservó sobre los terrenos de juego y le fue privado en los despachos.
El club alcarreño ha sido, finalmente, el único que ha sufrido el descenso administrativo que casi hasta el último momento ha amenazado a no pocos de los clubes que competirán esta temporada con el Deportivo Alavés. Deportivo de La Coruña, Alcorcón, Lugo, Hércules o Mirandés han sentido la espada de Damocles muy cerca de sus respectivas testas, aunque al final la LFP solo ha ejecutado la sentencia sobre un Guadalajara a cuyos dirigentes se acusa de haber cometido fraude en la conversión del club en sociedad anónima deportiva. Este descenso ha conllevado la recuperación de la segunda categoría para el Murcia, aunque el conjunto alcarreño ya tiene el caso en los tribunales ordinarios y cualquier resolución es ahora posible, como ya ocurriera la pasada campaña en Segunda B con la readmisión, una vez arrancado el curso, del Orihuela.
Y es que las conversiones en SAD han sido unas de las grandes protagonistas del verano. Los clubes deportivos tienen un margen de un año desde que entran en la LFP para realizar ese proceso, pero la situación de crisis actual dificulta las grandes inversiones. Tanto Lugo como Mirandés tenían que hacer frente a esa conversión tras su primera campaña en Segunda y mientras que los gallegos lo consiguieron con cierta fluidez, los burgaleses protagonizaron una trama surrealista con un supuesto inversor que desapareció justo en el último momento y una suscripción de acciones casi sobre el límite con la compra de títulos por parte de varios futbolistas en la Jefatura de la Policía Nacional de Miranda de Ebro después de haber movilizado, con nocturnidad y casi alevosía, a bancos y notarios para completar toda la operación.
No menos rocambolesca ha sido también la continuidad del Alcorcón en Segunda. Los madrileños, de los mejores de la categoría los dos últimos cursos, también vieron peligrar su plaza al denunciar la LFP irregularidades en su conversión en SAD, por lo que el Consejo Superior de Deportes hubo de realizar una profunda auditoría hasta que este mismo miércoles, a apenas tres días del arranque del curso, la Liga ha decidido inscribir a los alfareros.
supuestos amaños Otro de los culebrones veraniegos ha tenido a un histórico como el Deportivo como protagonista. Recién descendido de Primera, el cuadro coruñés a punto ha estado de perder también la segunda categoría al no haber hecho frente a la obligación de efectuar los pagos de los salarios de los jugadores correspondientes a la pasada campaña. En concurso de acreedores, con su presidente Augusto César Lendoiro señalado como responsable y sin dinero para hacer frente a los pagos, solo un acuerdo en el último momento para dilatar el abono de las deudas a la plantilla evitó que se produjera la tragedia.
Eso sí, si de algo se ha hablado y escrito largo y tendido desde que Javier Tebas asumiera la presidencia de la LFP ha sido de los supuestos casos de amaño de partidos. Muchos son los encuentros que están en el ojo del huracán a causa de esta práctica tan común cada final de temporada y que casi siempre pasa de tapadillo. Hasta ahora, aunque, eso sí, mucho ruido y pocas nueces. En Segunda el protagonista de las sospechas ha sido el Hércules, pero finalmente el cuadro alicantino se ha salvado de la quema. Las malas lenguas dicen, quizá con acierto, que si no han existido más descensos ha sido precisamente porque el siguiente en la lista de los ascensos es el Racing de Santander, un club que también figura en esa lista de supuestos amaños y cuyo regreso al fútbol profesional no hubiese sido bien visto por nadie.