Vitoria. Hacer más por menos. Seguramente se haya oído en cualquier empresa. Seguramente lo haya trasladado un jefe. Son tiempos difíciles en los que todo el mundo debe sacrificarse. Axiomas de los nuevos tiempos que, por suerte o por desgracia, toca vivir. Versatilidad es lo que se demanda en la empresa moderna. Antes uno llevaba los cafés, otro la contabilidad, un tercero se encargaba de la publicidad, había gente, cómo no, presta para el desempeño de la labor en cuestión, existía un grupo dedicado a vender el producto... Menesteres que ahora se concentran en un par de personas. Es la nueva mentalidad del siglo XXI.

Por supuesto, la entidad que preside Josean Querejeta no es ajena a los nuevos procederes empresariales y ha decidido implantar esta guía del empresario moderno en el terreno de juego. De momento, al menos en el césped. De momento porque es cierto que existe un amplio margen, todavía, para que el Deportivo Alavés contrate. Podrían fichar mañana a siete jugadores del tirón. Pero realmente, no es ésta la sensación que se percibe en el ambiente que envuelve las oficinas del Paseo de Cervantes.

Si uno atiende los antecedentes, la situación que se intuye deparará una plantilla corta pero versátil. La polivalencia será más que un activo para todo aquel que pretenda recalar en el colectivo albiazul y, de hecho, ya es una característica de valor en el seno del plantel. El pasado año así se confeccionó un grupo de jugadores que alcanzó el título de la Segunda División B. Basta con echar un vistazo al ejemplo del nueve. La lesión de Negredo dejó al plantel huérfano de un punta nato a excepción de un Juanma, fichado a modo de prueba. Por fortuna, el valenciano la superó con holgura pero, entretanto, Viguera hubo de suplir las carencias de la plantilla hasta que el club se hizo con los servicios de Gorka Laborda.

La sensación que se palpa es similar y el modelo ha dado ya frutos a las entidades futbolísticas y baloncestísticas que dirige el empresario guipuzcoano, por lo que no conviene encender las alarmas. Conformar un núcleo de confianza con una cantidad moderada de jugadores que les supla no parece una locura. Las rotaciones están sobrevaloradas en muchos casos y siempre hay tiempo de rectificar si se dieran lesiones o en la reapertura del mercado en Navidad.

Carrileros e interiores En este sentido Crespo y Goitia (incluso Mediavilla desde el filial) serán algunos de los pocos jugadores a los que no se les exigirá la citada polivalencia. Pero si ascendemos una línea, atisbamos ya el principio que parece regirá este plantel. Luciano parece inamovible en su puesto de central -es el único de momento- pero los laterales son susceptibles de adelantar su posición si la situación lo requiere. Ya lo hizo Manu García durante buena parte de la pasada campaña. No así Óscar Rubio, aunque su perfil ofensivo no le descarta para jugar en momentos puntuales en la media. Medina también ha subido al mediocampo a lo largo de su carrera, por lo que tampoco sería de locos ubicarlo allí en una situación de urgencia. El caso de Nano es excepcional, ya que el gallego comenzó jugando como extremo -formado además en la excelsa escuela de La Masía- para bajar posiciones hasta el lateral. Otro comodín.

En la media encontramos a un Beobide cuyas prestaciones no le descartan para comenzar algún encuentro desde el centro de la zaga. A Emilio Sánchez, por su parte, puede ubicársele en casi cualquier lugar del centro del campo por su depurada calidad técnica. En cuanto a Jaume, no parece probable que abandone su posición como mediocentro.

En cuanto a los atacantes, Quiroga y Laborda parecen fijos en la punta. A expensas de conocer de primera mano las características del argentino, Laborda ha demostrado ser un pulmón. Trabajo a destajo que puede funcionar como segundo delantero o, en última instancia, en un extremo. A Guzmán se le puede definir como interior puro, pero no convendría fijarlo en un banda. Puede desempeñar buenos papeles en ambas. Igual que un Ion Vélez al que se le veían aptitudes para desenvolverse en múltiples zonas del ataque. Habrá que comprobar su estado de forma. Por último, Borja Viguera, como Sánchez, es uno de los puntales técnicos de este grupo de jugadores, por lo que podría ubicársele en más de una demarcación aunque la mediapunta, o como mucho la punta de ataque, sea su hábitat natural. En definitiva, diversas soluciones para una plantilla corta pero implicada, aunque el tiempo dirá si es ésta la composición que se busca para afrontar esta temporada del regreso a la categoría de plata.