Vitoria. Jaume Delgado afronta el estreno en Segunda División como un niño con zapatos nuevos. El centrocampista catalán, uno de los veteranos del Deportivo Alavés, confesó ayer en Ibaia, al término del entrenamiento matinal, que tiene muchas ganas de poder estrenar una categoría a la que le ha costado demasiados años llegar.

"He esperado once años la oportunidad de jugar en Segunda, así que la tengo que aprovechar", manifestó Jaume, uno de los capitanes del cuadro albiazul, afanado en estos primeros días de pretemporada en propiciar un buen clima de convivencia en el vestuario. "Están llegando jugadores de calidad. Algunos vienen de Segunda y se nota. Las categorías están por algo. Pero sobre todo son buena gente", subrayó. "El objetivo es crear una piña como la que hubo el año pasado. Esa identidad de grupo nos ayudó en los momentos difíciles. Si podemos tener algo parecido, tendremos mucho ganado", añadió.

Jaume asiste con cierta calma al pausado ritmo de incorporaciones que se está viviendo en el Alavés en este periodo estival. El pivote barcelonés, uno de los fijos el pasado ejercicio para Natxo González, es consciente de que tendrá mucha más competencia este año para hacerse, si bien aún no tiene claro con quién tendrá que pegarse para lograr un hueco entre los titulares. "Nosotros nos dedicamos a entrenar porque no está en nuestra mano. Es una cuestión del club y al final acabarán llegando los refuerzos", declaró.

Uno de los que en los próximos días podrían formalizar su vinculación con el Glorioso, siempre que convenza a los técnicos sobre el verde, es Óscar Serrano, al que Jaume conoce bien y "desde hace muchos años". A expensas de cómo se resuelva la prueba a la que está siendo sometido el ex de Racing y Espanyol, en el seno del equipo se aprecia su evidente clase con el balón. "Es un jugador que ha estado muchos años en Primera. Veremos qué pasa, pero él quiere jugar, está con ganas", expresó Jaume, uno de los que más ganas tienen de que el balón empiece a rodar.