vitoria. Durante las once jornadas que restan hasta el inicio de los play off Natxo González va a tener que lidiar con algo más que la pizarra y las variables tácticas. Ahora que las lesiones parecen haber dado una tregua a la escuadra vitoriana, el técnico se verá obligado a recomponer su equipo más de lo habitual por culpa de la extensa lista de jugadores apercibidos de sanción con la que cuenta ahora mismo. Y es que nada menos que ocho futbolistas del Deportivo Alavés están a solo una tarjeta más de cumplir el ciclo de cinco amarillas que les obligaría a permanecer una jornada sentados en la grada. Son muchos, y ocupan todas las posiciones.

En la defensa son cuatro los hombres que caminan por el desfiladero: Juanje, Agustín, Luciano y Óscar Rubio. El primero es quizá el caso más curioso, porque dos de las cuatro tarjetas las trajo en la mochila desde Écija, equipo con el que disputó la primera vuelta antes de recalar en Mendizorroza. Por mucho que ahora el lateral vista una camiseta diferente en un grupo distinto de la Segunda B, la reglamentación obliga a conservar las amonestaciones sin posibilidad alguna de que éstas se esfumen por el cambio de aires. En este sentido, el regreso a las convocatorias del hasta ahora lesionado Javi Hernández ha supuesto todo un alivio para Natxo González. Recuperado ya definitivamente sus problemas musculares, el defensa es una pieza fundamental en los esquemas albiazules, y lo será aún más en caso de que sus compañeros caigan amonestados durante las once jornadas que restan.

Por su parte, los jugadores del centro del campo cuya presencia peligra en alguno de los próximos partidos son Miki y Manu García, éste último con nueve tarjetas en su haber. La lista se cierra con dos hombres acostumbrados a ejercer de punta de lanza: Borja Viguera y Asier Barahona. Ambos tendrán que descansar obligatoriamente si se reciben la quinta tarjeta próximamente. Con tantos y tan diferentes hombres en la nómina de amarillas, el mayor peligro para los intereses de la escuadra albiazul llegaría si varios de estos ocho jugadores apercibidos se ven obligados a cumplir ciclo de forma conjunta, empujando a su entrenador a hacer malabarismos a la hora de confeccionar un once inicial. También, como es habitual en el mundo del fútbol, cabe la posibilidad de gestionar cada caso de forma individual y forzar la tarjeta en según qué casos, especialmente con vistas al tramo final de competición. Una decisión que queda en manos de Natxo González.