En una institución con nada menos que más de noventa años de vida, existen sin duda muchos momentos destacados que han pasado a ser considerados referencias por todos sus seguidores. Resulta por lo tanto complicado elegir los más notables. Sin embargo, si rastreamos en la memoria colectiva de los aficionados del Deportivo Alavés -especialmente en los que ya hace algún tiempo que alcanzaron la edad adulta- probablemente encontremos un punto en común en prácticamente todos ellos. El gol de Eliseo Salamanca al Barcelona en la temporada 1977-78.

Como ha sucedido en el presente ejercicio, el siempre caprichoso azar quiso entonces que ambos conjuntos quedaran emparejados en la Copa del Rey. Aquella ocasión, en los cuartos de final. A priori, del mismo modo que en la actualidad, la eliminatoria se antojaba completamente desequilibrada. El Alavés deambulaba por la Segunda División mientras que el Barcelona era el vigente -y casi sempiterno- subcampeón de Primera.

Un pulso desigual en definitiva que muchos dieron por resuelto mucho antes incluso de que el balón comenzara a rodar. Sin embargo, la magia del fútbol radica precisamente en que los pronósticos nunca se pueden dar por seguros y aquel Deportivo Alavés no estaba dispuesto ni mucho menos a entregar la cuchara sin luchar antes hasta la extenuación.

De esta manera, llegó la primera cita de la doble confrontación y con un Mendizorroza lleno a rebosar se presentó en el terreno de juego del Paseo de Cervantes el todopoderoso conjunto catalán liderado nada menos que por el mítico Johan Cruyff. Junto a él, formaron en el bando catalán Artola, Ramos, Migueli, Olmo, De la Cruz, Costas, Sánchez, Carreño, Rexach y Zuviría. Una pléyade de estrellas que, no obstante, no consiguió amedrentar al conjunto local -Basauri, Odriozola (Bea, min. 30), Goñi, Zuluaga, Morgado, Igartua, Badiola, Sánchez Martín, Salamanca, Astarbe y Quiles (Urquía, min. 82)-, dirigido por Joseíto.

El veterano periodista Javier Cameno, que retransmitió en directo el encuentro a través de Radio Vitoria, recuerda a la perfección, casi treinta y cinco años después, el ambiente de aquella velada. "Fue una jornada histórica. El campo se llenó y se recaudaron 7,5 millones de pesetas", evoca en los días previos a lo que será un nuevo capítulo de esta apasionante confrontación copera.

Lo sucedido aquel 15 de febrero de 1978 durante los noventa minutos de la entrega que tuvo Vitoria por escenario puede resumirse en un intenso acoso albiazul a un rival que trataba como podía de repeler las acometidas locales sobre un césped embarrado -la nieve incluso estaba amontonada fuera de las líneas que delimitaban el rectángulo de juego- . El premio -corto para los merecimientos acumulados- a tanto esfuerzo llegó en el minuto setenta de la contienda. Un córner sacado en corto por Quiles para Astarbe que éste prolongó con un centro pasado al área para que Eliseo Salamanca, de cabeza y adelantándose a Sandocán Migueli, enviara el balón al fondo de las redes de Artola supuso la festiva explosión de las gradas albiazules.

Pues bien, ese es el camino que se ha propuesto recorrer esta renovada versión albiazul del siglo XXI. Repetir el ambiente de gala de la grada de entonces está ya asegurado visto la respuesta de la afición. Sólo falta que los jugadores se convenzan de sus posibilidades y emulen a aquellos precursores de tres décadas atrás.

falta suerte Eso, y que otros factores externos no intervengan en la contienda, como sucedió, a tenor de los recuerdos de los protagonistas, en el cruce de la temporada 1977-78. "Nos supimos adaptar mejor a las condiciones del campo y merecimos lograr una victoria mayor pero entre las ocasiones que fallamos y que el árbitro le anuló un gol legal a Igartua nos tuvimos que conformar con el 1-0", recuerda Juan Morgado, que jugó los 180 minutos de la eliminatoria y después fue durante muchos años delegado de campo del Zaragoza.

Si el cuadro de Natxo González es capaz de emular la gesta firmada por el dirigido por Joseíto -en la temporada 1929-30 el histórico Alavés de Ciriaco y Quincoces que militaba en la máxima categoría también doblegó al Barcelona (2-1) en la ida de los cuartos de final de la Copa con goles de Albéniz (m. 14) y Olivares (m. 51), aunque sucumbió goleado en la vuelta (4-1)-, sólo le quedará por delante completar el reto.

Y es que, apenas siete días después de doblar la rodilla en Mendizorroza, el Barça se tomó, no sin mucho esfuerzo, la revancha en el Camp Nou. "El Alavés tenía un buen equipo, me acuerdo que jugaba Jorge Valdano. En su campo lo demostró y tuvimos que hacer mucho esfuerzo para poder darle la vuelta al marcador en Barcelona. Lo logramos pero quedó claro que nunca te puedes confiar ante nadie y menos porque esté jugando en Segunda", recuerda el histórico holandés Johan Neeskens, que formaba parte de aquella plantilla que terminó conquistando el torneo del K.O.

Lo cierto es que el duelo de vuelta concluyó con un 2-0 fruto de un penalti transformado por Zuviría en el descuento del primer tiempo -"Valdano nunca bajaba a defender porque era nuestro último atacante. Pero aquella vez sí lo hizo, pugnó con Cruyff y el árbitro pitó penalti, que no lo fue", rememoraba años atrás Eliseo Salamanca- y un tanto de Asensi que aprovechó el rechace de Basauri a un disparo de Olmo en el minuto 54 para sentenciar la eliminatoria. Ese doble capítulo ya forma parte de la gloriosa historia del Alavés. El que comienza el próximo martes, aún está por escribir.