Romerito ha vuelto a sus orígenes. Tras abandonar el Alavés, donde sólo permaneció una temporada, jugó en Lucena y en la Balompédica Linense, pero este curso, aun disponiendo de una oferta firme sobre la mesa para renovar, ha decidido firmar por el equipo de Sanlúcar de Barrameda, muy cerca de su casa en Jerez. "A veces hay que valorar otras cosas. No sólo es cuestión de dinero. El año pasado tenía que hacer 110 kilómetros de ida y otros 110 de vuelta para entrenar. Ahora estoy a sólo 20", expone el veterano jugador andaluz, que a sus 35 años todavía no se plantea la retirada y que formó parte del primer proyecto albiazul para escapar del "pozo sin fondo" que asegura que es la categoría de bronce del fútbol español. Para él, seguramente más que para cualquier otro protagonista que se dé cita en Mendizorroza, el de mañana va a ser un partido muy especial.
¿Tiene ganas de volver a pisar el césped de Mendizorroza?
Sí, hombre. Es normal. Va a ser un partido muy especial para mí. Por lo que viví allí y porque vamos a jugar a un estadio de primer nivel y ante una afición grandísima. Eso siempre apetece.
Por lo que se refleja en la clasificación y desde la distancia, no da la impresión de que hayan comenzado la temporada con buen pie.
Llevamos dos empates y una derrota. Hemos jugado dos partidos fuera y uno en casa, al margen de la eliminatoria de Copa que ganamos contra el Cartagena. Creo que al equipo le está costando adaptarse a la categoría. Hay muchos jugadores que debutan en Segunda B, nos cuesta hacer goles, y eso es un poco lo que nos está pasando.
¿Es muy diferente el fútbol de Segunda B en el norte y en el sur?
Yo creo todos los grupos tienen equipos muy competitivos, todos los rivales son complicados. Hay mucho contacto físico en todos los grupos. Creo que es la categoría en la que es más difícil jugar, porque hay menos espacio y se practica un fútbol más físico. Pero sabemos que vamos a un campo muy grande, donde el césped estará perfecto, y a lo mejor se puede ver un partido vistoso. Nosotros este domingo jugamos contra el Sevilla en un campo bueno y en la primera parte tuvimos el control total del partido. En la segunda parte nos pasó factura no haber sentenciado.
¿Es el Sanluqueño un equipo valiente, que le gusta el balón?
Ya veremos qué nos dice el entrenador en los dos últimos entrenamientos, pero yo creo que vamos a salir en un principio a por el partido. No vamos a encerrarnos atrás. Solemos jugar con las líneas bastante adelantadas y creo que vamos a ir a apretar desde el principio al Alavés.
¿Qué espera de la afición vitoriana después de aquella temporada en la que al final el equipo cerró el curso con cierto sabor amargo?
La temporada no fue buena porque en el último partido que jugamos en casa no conseguimos meternos al play off cuando lo tuvimos en nuestra mano. Ese es el mal sabor de boca con el que me fui. Es la única pega con la que me fui, porque me sentí siempre muy arropado, la ciudad me gustaba y yo creo que me adapté bastante bien. Fue un año muy bueno para mí y mi familia.
¿Ha recibido muchas llamadas de gente de Vitoria estos días?
Aparte de los periodistas, he recibido la llamada de Roberto (Jiménez, el delegado), que es de los pocos que quedan de los conozco. Por unas u otras cosas, ya no queda nadie de cuando yo jugué allí.
Ha cambiado mucho el equipo como dice. A usted le tocó venir a Vitoria una de las etapas más convulsas de su historia, con cambio anual de presidentes, entrenadores, directores deportivos, plantilla...
El año que estuve yo hubo cambio de dueño, se dio una situación en la que llegó a haber dudas sobre si cobraríamos o no, pero son circunstancias en las que estaba el club metido y que creo que corresponden al pasado. Con la gente que ha entrado ahora, la gente del Baskonia, la cosa cambiará. Han hecho bien las cosas con el baloncesto y lo va a hacer igual en el fútbol. Lo va a llevar seguro a Primera División tarde o temprano, que es donde tiene que estar.
No es fácil conseguir el ascenso, que en Vitoria se contempla como el único objetivo.
Sí, y mira que el Alavés ha hecho todos estos años equipos potentes para lograrlo. Pero ya digo que esta categoría es muy complicada. Ahora, con el beneficio de quedar primero, está claro que tienes que perseguir ese objetivo, porque con eso tienes reservadas más opciones. Pero se está demostrando que haciendo buenos equipos no consiguen ascender. Hay otros equipos, como el Cádiz, el Albacete, y más, que están en esta categoría y no logran salir. Es un pozo sin fondo.
Para los futbolistas el panorama tampoco resulta muy halagüeño. También sufren la crisis...
Quitando cinco o seis equipos que pueden ofrecer dinero en la Segunda B, y el Alavés es uno de ellos, el resto está optando por fichar jugadores de la zona para evitar costes de todo tipo. Está claro que ahora encontrar equipo, incluso para gente con experiencia, está muy complicado. Yo tengo un compañero que había jugado con el Jaén la liguilla de ascenso y le ha costado mucho encontrar equipo. Está muy difícil la cosa. Por eso muchos ya empezamos a valorar la posibilidad de estar en casa y a lo mejor ganar algo menos de dinero.
Con 35 años, ¿le queda mucha cuerda todavía?
La verdad es que físicamente me encuentro muy bien. Mientras me vea bien físicamente, seguiré jugando. Y cuando no sea así, cuando vea que no tengo capacidad física, me plantearé dejarlo. No es el caso aún.