Vitoria. La vida de Javi Montoya (Logroño, 1991) ha dado un giro radical este verano. Ha cambiado el azul y blanco por el amarillo y el negro, el Zadorra por el Cantábrico y su condición de futura promesa, el abrigo de ser el tercer portero del Alavés, por el desafío de hacerse en propiedad con el puesto de titular en el Barakaldo. Montoya, que al margen de fútbol estudia con la vista puesta en aprobar unas oposiciones a bombero que la crisis parece aparcar sine die, ha encontrado en Castro Urdiales la paz necesaria para concentrarse en el fútbol y en los libros, aunque lo de las oposiciones, en este panorama, se lo toma con calma.

"Llevo ya estudiados 10 de 40 temas. Pero las oposiciones no salen", explica Montoya, que ha pasado los últimos cuatro años en la disciplina del Alavés. "Hoy en día ni se sabe cuándo serán".

"Contento" por cómo le están yendo por el momento las cosas en Barakaldo, al meta riojano le esperan unos días cargados de sensaciones. En parte, por supuesto, porque este sábado se verá las caras algunos de los que han sido sus compañeros, pero también, y sobre todo, porque sabe que en su demarcación es muy importante apropiarse del puesto de titular, y tras una pretemporada en la que Iñaki Zurimendi ha alternado a los dos guardametas, el sábado en Lasesarre dictará veredicto.

"Me encantaría poder jugar porque después de cuatro años en vitoria, en el Deportivo Alavés, supongo que será un partido repleto de sensaciones especiales", reconoce el joven guardameta, que se está jugando el puesto con el hombre que el pasado año ejerció como tercer portero del Athletic de las finales, un Raúl Fernández que llega como cedido.

La nueva dirección deportiva no contempló a Montoya como alternativa para la nueva plantilla. El riojano, sin rencor, alaba la calidad de los elegidos, Miguel y Urtzi. "La portería del Alavés está muy bien cubierta. Tiene dos grandes porteros", asegura. Aunque no sólo destaca eso del equipo albiazul: "Tiene muy buenos jugadores y un gran bloque. Aquí lo que sabemos es que va a ser un partido muy difícil. Tengo claro que es un rival complicado", asegura Montoya, que ya la semana tuvo tiempo de bromear por mensajes con algunos excompañeros, como Salcedo o Sendoa. "Eso fue la semana pasada. Nos cambiamos unos mensajes de risas. Pero ahora que se acerca el partido, nos ponemos todos más serios", concluye.