Vitoria. Uno de los temas más espinosos en la actualidad del Deportivo Alavés tuvo en la tarde de ayer un desenlace inesperado. Y es que el conflicto que enfrentaba al club con la mayoría de los integrantes de la plantilla de la pasada temporada se ha terminado resolviendo de manera amistosa. Todo comenzó cuando la directiva decidió abrir un expediente sancionador a todos los jugadores por bajo rendimiento que concluyó con la imposición de multas que iban de los 600 a los 3.000 euros en función de sus respectivos salarios.

En completo desacuerdo con esta medida, los futbolistas la denunciaron en el juzgado apoyados por su sindicato (AFE) y contaban con bastantes posibilidades de ganar el juicio al tratarse de un castigo totalmente indiscriminado. Tras un acto de conciliación mostraron su voluntad de buscar un acuerdo, en la tarde de ayer el Alavés emitió un comunicado en el que anuncia que club y jugadores "han procedido a solventar las discrepacias surgidas, dando lugar a una situación satisfactoria para ambas partes". Así pues, las multas parecen haber quedado aparcadas y uno de los obstáculos que impedía a Casares y Sendoa entrar en los planes de Nacho González, solventado.

Por otro lado, el club presentó ayer de manera oficial al centrocampista Jaume Delgado y al central Agustín Fernández. Ambos llegan cargados de ilusión y muy concienciados de que el único objetivo posible es el ascenso. "Está claro que este club, por entidad e historia, tiene que estar en una categoría más alta", aseguró el zaguero, que deja el Sabadell de Segunda División por un "reto personal", ya que "venir a Vitoria es una apuesta exclusivamente deportiva", indicó.

Tampoco tuvo dudas Jaume cuando recibió la llamada del Alavés. "Ni me lo pensé, para mí es un lujo estar en un club como este", declaró. Para el centrocampista, esta etapa supone "un paso adelante, los jugadores lo que queremos es subir poco a poco y creo que estamos en el club idóneo".