Vitoria. A la espera de que Josean Querejeta transmita definitivamente su idea de proyecto para el Deportivo Alavés de cara a la temporada 2012-13, lo que desde hace ya tiempo tiene sobre la mesa el máximo representante del grupo accionarial que controla el club es el plan de futuro propuesto por el que es el actual entrenador albiazul y quien tiene muchas papeletas para seguir ocupando ese puesto en el futuro más inmediato. José Carlos Granero le ha dibujado al presidente de Saski Baskonia su plan de viabilidad deportiva para la entidad del Paseo de Cervantes y ahora queda esperar a la decisión definitiva del mandatario, que tiene dos salidas posibles. Por una parte, puede optar por dar carpetazo a todo lo que huela al desastre del recién finalizado curso o, por otra, conservar los cimientos de la estructura para construir otro edificio completamente renovado. Todo hace indicar que esta segunda vía será la elegida y ahí el técnico valenciano se convertiría en pieza fundamental del futuro alavesista, con mucho más poder de decisión que el que ha tenido hasta la fecha.

En no pocas ocasiones ha declarado Querejeta que no es un experto conocedor del deporte del balompié, pero en sus declaraciones a lo largo de todo el curso ha dejado bien claro que poco o nada le gustaban el juego y la actitud del equipo. El mandatario ha presenciado en directo casi todos los partidos en Mendizorroza y también se ha desplazado a algunos a domicilio -Pamplona, Irun, Amorebieta y Torrelavega- y lo que ha visto en esos compromisos, tanto individual como colectivamente, no le ha convencido. En una línea muy similar de pensamiento se mueve un Granero que en no pocas ocasiones se ha querido cambiar por el entrenador del equipo rival al apreciar en esos oponentes las virtudes imposibles de ver en su Alavés.

Las ideas de uno y otro, conocidas mutuamente a través de las constantes conversaciones mantenidas entre las dos partes, confluyen hacia un mismo punto: la necesidad de remodelar el proyecto e iniciarlo casi desde cero. Es ahí donde se abre la principal opción de que Granero continúe en el banquillo, aunque el valenciano también le ha marcado a Querejeta unas pautas que considera fundamentales para construir un equipo ganador, aspectos que de no cumplirse complicarían su continuidad en Vitoria.

caballo de batalla Con solo escuchar las declaraciones del preparador albiazul a lo largo de los últimos meses, queda claro que el levantino no estaba para nada convencido de las posibilidades de la plantilla para acometer una empresa tan complicada como la del ascenso. Si tiene que ser jinete en el Alavés, lo que quiere es preparar un caballo de su absoluta y total confianza, comenzando por el cuerpo técnico y pasando por la confección de la plantilla.

Este segundo aspecto es el realmente importante para un entrenador que con la Ponferradina demostró su capacidad para regir la Segunda B con mano de hierro. En Vitoria cuenta con recursos económicos y estructurales para acometer un nuevo salto de categoría y lo que el valenciano espera es que se le permita tomar decisiones en el plano deportivo, donde apenas ha tenido incidencia desde su llegada al club vitoriano.

En este sentido, exista o no la figura del director deportivo, lo que pretende el actual técnico alavesista es ser la principal voz autorizada en la confección de la plantilla. Es decir, pretende fichar jugadores que a él le gusten y no verse obligado, de nuevo, a adaptarse a lo que se le ofrezca desde la secretaría técnica.

Lo primero que plantea el valenciano en su idea para el próximo proyecto alavesista es una limpieza prácticamente absoluta en la plantilla de la pasada campaña. De entre los que acaban su vinculación con el club, apenas dos o tres jugadores entran en sus planes de futuro, mientras que tampoco todos los que tienen contrato en vigor (Palazuelos, Azkorra, Sendoa, Salcedo, Casares y Alex Vallejo) tienen asegurado su puesto en el nuevo proyecto, aunque en este sentido puede primar más los aspectos económicos.

Granero, si finalmente sigue en el Alavés, pretende contar con dos porteros solventes (uno de ellos sub'25), cuatro centrales de garantías; dos laterales de referencia acompañados de dos sub'23 de proyección; un par de jugadores creativos en el centro del campo; futbolistas con capacidad para desbordar por las bandas y también algún delantero rápido y móvil que pueda emparejarse con un referente más estático. En total, una plantilla de veintidós hombres, con dos por puesto, para afrontar con garantías una temporada larga y exigente en la categoría de bronce.

En este sentido, a lo largo de las últimas semanas ya se han dado los primeros pasos en la confección de un nuevo proyecto, pero primero hay que aguardar a la decisión definitiva de Querejeta.