Vitoria. Todas las cuentas del alavesismo se han ido viniendo abajo con el paso de las jornadas y los constantes tropiezos que ha sufrido un equipo completamente incapaz de sacar el mínimo rendimiento que se le exigía al comienzo de una temporada que ahora amenaza con extinguirse de manera prematura. Y las razones hay que buscarlas en el interior del organismo albiazul, ya que, como queda demostrado con el simple hecho de que se mantenga vivo a pesar de sus continuos errores, tampoco es que se haya encontrado con rivales infranqueables este año. Por esta misma razón, precisamente, existe todavía un fino hilo de esperanza en la entidad del Paseo de Cervantes, que afrontará el próximo domingo la que se perfila como la jornada decisiva de la temporada. Si el conjunto vitoriano quiere llegar dependiendo de sí mismo al último compromiso liguero, necesita que el próximo domingo se produzca la combinación de dos resultados favorables. Todo lo que no sea así, incluso con la última fecha pendiente de disputa, conduciría al equipo de José Carlos Granero a franquear casi definitivamente esas puertas del abismo sobre el que tanto tiempo lleva suspendido.

La pelea por el play off, y por la última plaza del grupo para la Copa del Rey, se ha convertido en una lucha a tres bandas ciertamente complicada y en la que el Alavés está en medio de todo. Amorebieta y Logroñés se han convertido en los oponentes directos en esta doble batalla y, precisamente, vizcaínos y riojanos vivirán el próximo domingo en Urritxe un duelo directo del que el conjunto vitoriano pretende salir favorecido.

Sin lugar a dudas, es el Amorebieta el que mejor lo tiene para alcanzar la cuarta plaza. Cierto es que su compromiso contra el Logroñés es de enorme enjundia, pero el equipo de Axier Intxaurraga maneja un margen de seguridad que puede ser definitivo teniendo en cuenta que en la última jornada visita a un Lemona ya descendido y que no cuenta con potencial suficiente para hacer frente a los azules.

Salvo sorpresa mayúscula, todo el mundo cuenta con esos tres último puntos para el Amorebieta, así que al conjunto vizcaíno le sobraría con un empate el domingo. Los tres puntos de ventaja que maneja con el Alavés solo le obligan a no perder para asegurarse casi de manera definitiva el cuarto puesto.

En el caso del Logroñés, alcanzar esa cuarta plaza parece prácticamente imposible. Su desventaja de cuatro puntos no quedaría enjugada ni siquiera ganando en el inexpugnable Urritxe, pero los riojanos quieren aprovechar su sensacional momento de forma para, al menos, salvar la temporada clasificándose para la Copa. En la última jornada recibirán la visita de un Palencia en enormes apuros en Las Gaunas y buscarán en tierras vizcaínas una victoria que le apriete las tuercas al errático Alavés.

En esta tesitura, el equipo de Granero pretende pescar en aguas revueltas, pero no cabe olvidar que para conseguirlo precisa amarrar los seis puntos que quedan por jugarse, algo que no se presenta para nada sencillo con la presencia en Mendizorroza del Mirandés y la visita en la última jornada a Torrelavega. Los albiazules apuestan por dar el golpe sobre la mesa el próximo domingo con la combinación del triunfo propio y del éxito del Logroñés en Urritxe. Es la única cuenta que le sirve en estos momentos al Glorioso para darle la vuelta a la tortilla, ascender hasta el cuarto puesto y depender de sí mismo en una última jornada en la que se evitaría las controversias.