Vitoria. Un sol de justicia iluminaba ayer las instalaciones de Ibaia durante el entrenamiento matinal. Tras disfrutar de dos días de descanso, la plantilla del Deportivo Alavés inició la preparación del choque del sábado frente al Bilbao Athletic en jornada de doble sesión. Pero, si los jugadores pensaban que podían disfrutar de una plácida mañana calentados por los rayos del sol, no podían estar más equivocados. Su entrenador, José Carlos Granero, llegó al terreno de juego con la garganta afilada y 48 horas para rumiar todos los errores que su equipo había cometido el sábado en Mendizorroza y que costaron el empate frente al Sestao. En el día de todos los santos, el preparador albiazul parecía dispuesto a levantar a sus hombres de la tumba.

"No hay nada peor que un equipo mal colocado", gritó Granero desde el centro del campo. Con una pizarra en sus manos de la que no se despegó en ningún momento, el técnico aleccionó a sus jugadores una y otra vez durante las dos horas por las que se prolongó la sesión matinal. Observado por cerca de una veintena de curiosos que decidieron acercarse ayer a Ibaia, el preparador valenciano se mostró especialmente enojado con el que desde el inicio de temporada ha sido el mal endémico del conjunto vitoriano, los desajustes defensivos.

"No perder es el inicio para empezar a ganar", recordó Granero mientras dividía a sus jugadores en dos bandos y apuntaba la mirilla de su rifle hacia jugadores como Luisma, Alex Quintanilla o Dennis Nájera, con los que se mostró especialmente incisivo. "Hacer la cobertura es el ABC del fútbol", espetó enojado el antiguo preparador de Alicante y Ponferradina ante la mirada atenta de todos sus pupilos, incluidos Pablo Gallardo y Javi Casares, que tras ejercitarse en solitario contemplaban las instrucciones apoyados en una valla desde la banda.

Elevar la intensidad El sábado, frente al Bilbao Athletic, el Alavés tendrá ante sí su primera oportunidad para demostrar que es un equipo resucitado, más cercano al que goleó 0-5 al Palencia que al que desvaneció de un plumazo las esperanzas de sus aficionados con el pobre 1-1 cosechado contra el Sestao. Y es que quince días después de su aterrizaje el técnico alavesista continúa sin ver claro el estado de forma de una escuadra que, al menos por el momento, no parece haber asimilado completamente el ideario futbolístico de su nuevo jefe, que desde sus primeros entrenamientos ha intentado elevar la intensidad de sus hombres hasta el punto de ebullición. Tras la intensa doble jornada de ayer, Granero ha optado hoy por conceder un breve descanso a la plantilla, que no entrenará por la mañana y sólo se ejercitará por la tarde en las instalaciones de Ibaia. Con todo el grupo disponible salvo Casares y Gallardo, el encuentro del sábado en Lezama será sin embargo una peligrosa piedra de toque para evaluar al enfermo.

Tercero en la clasificación a tres puntos de los vitorianos, el Bilbao Athletic ha ganado cuatro de los cinco partidos que ha disputado hasta ahora en su feudo, el último hace dos jornadas en el derbi frente a la Real Sociedad B por 4-1. Sin embargo, la abultada derrota que sufrió el pasado fin de semana ante el Real Unión de Irún (3-0), atisba síntomas de debilidad en la jovencísima plantilla dirigida por Cuco Ziganda con el exalbiazul Antonio Karmona como ayudante.