El entrenador del Palencia, el histórico Ramón María Calderé, no gana para disgustos. Seriamente enfadado al sentirse engañado por el exdirector general del club, Óscar Mata, que le prometió cumplimentar una plantilla competitiva y perjudicado como los jugadores por no percibir su sueldo a final de mes, el preparador del conjunto castellano ve cómo varios de sus mejores futbolistas solicitan la salida del club ante la crítica tesitura en la que se encuentra. El último en pedir la baja, aceptada este mismo jueves, ha sido el guardameta Diego de Miguel, el que había sido titular indiscutible para Calderé en este primer tramo de la temporada. El guardameta soriano sufre una osteopatía de pubis y ha solicitado la baja al club para regresar a su ciudad de origen a comenzar un tratamiento de recuperación, con lo que Calderé se queda solo con el hasta ahora suplente Joseph Leke para cubrir la portería a la espera de poder incorporar en el mercado invernal a Alejandro Rebollo, que se encuentra entrenando con el equipo en el que militó durante dos temporadas antes de firmar el año pasado por el Cartagena. La baja de De Miguel se une a las de Cristian y Pedro García.