Vitoria. Pocas veces en el mundo del fútbol la escenificación de un despido culmina con un intenso abrazo entre el presidente y el entrenador destituido. Tras el empate cosechado el domingo frente al Amorebieta y el posterior anuncio de su adiós, Luis de la Fuente no tuvo oportunidad de dar la cara frente a los medios para tomar la palabra. El club decidió posponer su comparecencia un día más, y ayer, sentado a la izquierda de Avelino Fernández de Quincoces, el ya extécnico albiazul ofreció su versión de lo ocurrido con tono bajo que denotaba la desazón del que sabe que ha dejado escapar la oportunidad de su vida.
"No es un momento fácil, así que os pediría que no os extendáis mucho", instó a los periodistas presentes un De la Fuente que admitió su culpa sin tapujos. "El primero que ha fallado soy yo, evidentemente. Durante la semana en los entrenamientos el equipo me daba muy buenas sensaciones, pero hemos fallado al trasladar eso a los partidos. El primer sorprendido he sido yo, que antes de cada encuentro pensaba que íbamos a hacer el partido de la temporada", explicó ayer el preparador riojano, que durante los próximos días permanecerá en Vitoria para cerrar los últimos flecos de su finiquito, aunque adelantó que no habrá ningún problema a la hora de dar oficialidad a su despedida.
De hecho, tanto De la Fuente como Fernández de Quincoces se preocuparon de incidir en varias ocasiones en la buena relación que les ha unido en tan corto espacio de tiempo. "Perdemos un entrenador pero ganamos un amigo", llegó a decir ayer el máximo mandatario del consejo de administración. "El fútbol da muchísimas vueltas y vamos a mantener el contacto", adelantó el entrenador.
Durante su fugaz etapa al frente del banquillo alavesista -apenas nueve jornadas- Luis de la Fuente siempre hizo gala de una lógica confianza en su equipo que, sin embargo, y como admitió ayer, acababa enterrada bajo toneladas de realidad tras los noventa minutos. "Tenía una grandísima ilusión y creía y creo ciegamente en los jugadores, pero el balance tiene que ser negativo, sobre todo porque el equipo no ha transmitido buenas sensaciones. Me voy contento por el trabajo del día a día pero con mal sabor de boca por no haber podido trasladar eso al terreno de juego. El equipo necesitaba dos victorias seguidas para que los jugadores que parecían menos buenos parecieran mejores y rindiéramos mejor", lamentó el entrenador,
Así, mientras el presidente se negaba a hacer cualquier referencia a su sustituto, al tiempo que le agradecía su "implicación" en un proyecto que ahora continuará con otro hombre en el banquillo, Luis de la Fuente lanzaba un capote a Dani Barroso, director deportivo de la entidad vitoriana y responsable junto a él de confeccionar una plantilla que queda en entredicho. "Los jugadores han trabajado a destajo y han hecho un gran esfuerzo por estar a la altura de las circunstancias. Creo que hemos hecho un gran trabajo y la plantilla así nos lo ha reconocido", concluyó el otrora jugador del Alavés antes de abandonar el estadio de Mendizorroza caminando junto a Avelino Fernández de Quincoces, que nada más terminar la rueda de prensa se fundió ante los medios en un abrazo con el hombre en el que hace solo tres meses depositó las esperanzas de éxito albiazules. A partir de ahora, salvo giro inesperado de guión, será José Carlos Granero el encargado de guiar a los vitorianos en su nueva etapa.