Vitoria. Sereno, pero con rostro apesadumbrado, Luis de la Fuente abandonaba ayer Mendizorroza cuando el estadio había apagado ya sus luces y en su interior sólo quedaban los periodistas aguardando sus primeras palabras como exentrenador del Deportivo Alavés. El empate logrado in extremis ante el Amorebieta en un partido marcado de nuevo por un juego pobre e ineficaz fue su sentencia de muerte. Minutos después de que el árbitro pitara el final del encuentro y la grada cargara de nuevo contra el técnico pidiendo su dimisión, Avelino Fernández de Quincoces comparecía ante los medios para anunciar el despido del preparador.
Era la crónica de una muerte anunciada. “Ha sido una decisión difícil, Habíamos mantenido nuestra confianza en De la Fuente a lo largo del tiempo porque sabíamos de su capacidad para sacar esto adelante, pero las circunstancias, el juego sobre todo, no ha acompañado”, resumió el presidente albiazul. La sombra de su destitución planeaba sobre el entrenador nacido en Haro desde hacía semanas. Desde que venciera al Eibar en la cuarta jornada por 2-1, el equipo inició una cuesta abajo de juego y resultados que apagaron paulatinamente la mecha de su fugaz vida al frente del banquillo.
La octava posición en la tabla que luce ahora mismo el Alavés, a cuatro puntos de los puestos de play off, son una losa demasiado pesada para cargar sobre los hombros de un hombre cuestionado desde su misma llegada por su corto bagaje en los banquillos. “Luis tenía una enorme ilusión en este proyecto, pero a veces para escribir el epílogo que uno desea para su obra necesita un punto y final a uno de los capítulos. El capítulo de Luis de la Fuente ya es un punto y final”, incidió el máximo dirigente del club, que no quiso aportar ningún dato sobre el sustituto del riojano y apenas anunció que “cuando haya una decisión firme se comunicará”. Hoy, Iñaki Ocenda, segundo técnico albiazul, dirigirá el entrenamiento matutino en Ibaia, y a las 13.00 horas, en Mendizorroza, Luis de la Fuente, a instancias del club, comparecerá en rueda de prensa para despedirse.
“Estoy jodido, pero tranquilo. Mañana hablamos”, se limitó a decir ayer el propio protagonista. Mañana, la plantilla dispondrá de un día de descanso, y el miércoles es probable que el equipo retome el trabajo con su nuevo entrenador. “Asumo en primera persona la responsabilidad de esta destitución. Nuestra plantilla es una gran plantilla, a la altura que se espera del Alavés, y puede y va llegar a cumplir los objetivos para los que está concebida. No va a ser con De la Fuente, si no con otro entrenador, pero la exigencia será la misma”, advirtió un Quincoces que, de esta forma, no perdió la ocasión de ratificar su apoyo al director deportivo, Dani Barroso, encargado de confeccionar la plantilla.
Con todo, el presidente también deslizó algún argumento en forma de excusa para intentar explicar la maltrecha situación que atraviesa el equipo. “Es el entrenador que queríamos, los informes nos convencieron, pero no está de más recordar que el 24 de junio todavía estábamos entrando en el club y el equipo se ha construido en corto plazo. El trabajo del entrenador no ha sido fácil, y lo ha realizado en un tiempo breve y con infortunios de todo tipo. Pero las expectativas no se han cumplido y hemos dado un giro”. Abocado a empezar de nuevo diez jornadas después del arranque liguero, el Alavés navega ahora con la incertidumbre como pasajera. El duelo ante el Palencia, antepenúltimo clasificado, es ahora su próxima estación.