Vitoria. El jarro de agua fría que supuso para el Deportivo Alavés el empate postrero conseguido por el filial de Osasuna ayer en el Reyno de Navarra no hizo sino refrendar la idea de que, un año más, el equipo albiazul va a tener que sufrir en cada campo para asomar la cabeza en la zona alta de la tabla de un grupo muy competitivo. Al igual que el conjunto que dirige Luis de la Fuente, otros equipos llamados a pelear por las plazas de play off de ascenso constataron ayer la dificultad que entraña medirse a cualquier rival en esta categoría. Y fueron precisamente los equipos filiales, como en el caso del cuadro babazorro, los que se lo recordaron.

El Real Unión, de nuevo entre los candidatos a estar ahí, sufrió lo indecible en el derbi guipuzcoano que disputó en las instalaciones de Zubieta ante la Real Sociedad B. El filial del conjunto txuriurdin desplegó una tremenda intensidad que equilibró la supuesta diferencia de calidad entre ambos equipos. A falta de veinte minutos para el final, el combinado donostiarra logró quebrar la igualada con un tanto que a la postre valió tres puntos.

La Gimnástica de Torrelavega, un equipo sólido y con mucho oficio, sobre todo en su campo del Malecón, quiso abusar de un recién ascendido, la Arandina, que acabó saliendo respondón. Tras adelantarse por tres goles a cero, la reacción del equipo burgalés estuvo a punto de colocar las tablas y amargar el estreno del único representante cántabro de la categoría.

Otro de los gallos del grupo, eterno aspirante al retorno a Segunda, también sufrió en su duelo ante otro filial, el del Athletic, en el choque que abría la temporada en Ipurua. El Eibar se encontró con un autogol de Arregi en contra a los 24 minutos de juego y le costó la confianza, hasta el punto de que el Athletic B se recreó y firmó una goleada inesperada.

En los otros dos encuentros disputados ayer, Lemona y Palencia firmaron un insípido empate sin goles, mientras que el Salamanca empató ante la Gimnástica Segoviana en el regreso de ambos equipos (uno bajó y el otro subió) a Segunda B.

Algún otro de los muchos favoritos de este, a priori, disputadísimo Grupo II estrenarán esta tarde la temporada. Conjuntos llamados a estar en la zona alta de la tabla dentro de unos meses, como Mirandés, Ponferradina o Logroñés afrontan sus respectivos compromisos de esta primera jornada en su feudo En Anduva, a partir de las 20.00 horas, el equipo rojillo recibe la visita del Guijuelo en lo que se antoja como un encuentro en teoría cómodo para el campeón de la pasada campaña.

La Ponferradina, por su parte, regresa a la realidad de la categoría de bronce con un duelo de rivalidad regional ante el Zamora. El Logroñés recibe en Las Gaunas a uno de los componentes del lote que logró el ascenso la pasada campaña. El Sestao tratará de arañar algún punto en el feudo riojano. La jornada se completa con un encuentro que tendrá implicados a otros dos recién ascendidos, el Amorebieta visita el Plantío para enfrentarse a un Burgos que, pese a su condición de novato, ha realizado una importante inversión para contar con una plantilla competitiva y poder pelear con los favoritos.