vitoria. Poco a poco, el nuevo consejo de administración que preside Avelino Fernández de Quincoces comienza a tomar decisiones y a hacerse definitivamente con el control de la entidad. El primero de estos movimientos ha respondido, como no podía ser de otra manera, a una de las amenazas más inminentes y peligrosas que pendía sobre la institución del Paseo de Cervantes. De esta manera, el club liberó ayer los 200.000 euros que necesitaba para ponerse al día en el pago a sus jugadores y anular las denuncias que la plantilla había presentado ante la AFE y que, en caso de no satisfacerse, acarrearían el descenso administrativo por impago.
Con esta operación, los nuevos responsables del Deportivo Alavés optaron por evitar los nervios de última hora y no apurar el plazo que concluye a las dos del mediodía de hoy jueves. Así, los futbolistas percibieron el dinero que se les adeudaba de las últimas mensualidades y El Glorioso se aseguró su presencia la próxima temporada dentro de la Segunda División B.
Una vez salvado este primer match ball, la directiva albiazul deberá continuar haciendo equilibrios para tratar de cuadrar los números de la maltrecha economía alavesista. Y es que los pagos se suceden en el horizonte cercano de la institución y todos deben ser atendidos. El siguiente paso que se acometerá por parte del consejo será ponerse al día también en el pago a los trabajadores no deportivos de la casa, que acumulan bastante más tiempo de retraso en el cobro de sus emolumentos que los futbolistas. A estos últimos, les resta igualmente una última porción de sus salarios por percibir. Al haberse modificado este año el sistema de denuncias ante el sindicato de jugadores y adelantado los plazos un mes, en las reclamaciones iniciales únicamente estaba contemplado el dinero no cobrado hasta el 31 de mayo. El correspondiente a junio, aproximadamente 90.000 euros, deberá ser satisfecho antes del 31 de julio y en el caso de no producirse este abono quedará bloqueada la posibilida de tramitar fichas federativas para el club.
Una vez actualizadas estas deudas, llegará el turno de los grandes acreedores pendientes de cobro -el presidente ya anunció su intención de tratar de renegociar las condiciones del convenio- y de reordenar más exhaustivamente las finanzas de la entidad del Paseo de Cervantes. Y es que los primeros días de su desembarco en las oficinas de Mendizorroza están resultando más complicados de lo esperado para el grupo inversor, que no contemplaba toparse con una situación tan precaria como la que se ha encontrado al hacerse cargo del Deportivo Alavés.