Vitoria. La temporada culminó ayer con una excelente noticia para el Deportivo Alavés, que vio cómo su filial logró el ascenso a la Tercera División gracias al empate cosechado por el Sestao River en el campo de la Montañesa. Aunque la joven plantilla albiazul entrenada por Gorka Rojo e Igor Gorostarzu se encontraba ya de vacaciones, los jugadores acudieron ayer al bar Dortmund para celebrar juntos el regreso a Tercera.
Pese a que el combinado vitoriano se había ganado sobre el terreno de juego el ascenso de categoría al quedar segundo de la Regional Preferente por detrás del Vitoria y se impuso a los representantes vizcaíno y guipuzcoano en el play off, el billete para el ascenso sólo era posible si se liberaba una de las plazas de equipos vascos en la cuarta categoría del fútbol español. Para ello, el Sestao debía superar a la Montañesa y certificar su ascenso a la Segunda División B. Después de imponerse por 2-1 en su feudo, el empate del cuadro verdinegro envió ayer directamente al filial del Alavés a Tercera. La próxima temporada, el joven conjunto vitoriano luchará por mantener la categoría a la que se vio abocado a decir adiós hace dos campañas coincidiendo con el descenso del primer equipo. Con este ascenso, el Alavés B cumple el objetivo que se marcó en el arranque de este curso para continuar la formación de sus jugadores en la categoría superior.