Vitoria. Autopista hacia la gloria con peaje en Lugo. El Deportivo Alavés, fiel a su himno, ha sido capaz de resurgir potente otra vez en el momento decisivo de la temporada. Olvidados baches y viejos fantasmas, aparcadas ya las malas sensaciones que habían sido protagonistas en el tramo final de la fase regular, el cuadro albiazul se ha transformado completamente con la llegada del play off. No solo ha igualado su mejor versión el equipo de Miguel Ángel Álvarez Tomé, sino que en el último partido contra el Lugo superó con creces todo lo visto a lo largo del presente curso. El partidazo que se despachó El Glorioso ante un oponente del calibre del Lugo no hace más que invitar al optimismo. El Alavés ha recuperado su versión más competitiva y así es muy difícil que doblegue su rodilla por fuerte que sea el oponente. Y cabe recordar que en esta ocasión, merced a la igualada a cero de la ida, al conjunto vitoriano le sirve tanto la victoria como el empate con goles. No es mucho consuelo, pero peor lo tiene un Lugo al que solo le vale ganar para clasificarse.
El valdanismo de que el fútbol es un estado de ánimo puede aplicarse a la perfección a este equipo. La tristeza del último tramo de la temporada se convirtió en absoluta convicción tras el partido disputado en Melilla. Hasta el norte de África tuvo que irse el Alavés para encontrar los valores que había perdido y para recuperar las virtudes futbolísticas que le habían llevado a convertirse en uno de los mejores equipos de la categoría durante el primer tramo del curso.
Recuperada su mejor versión, el equipo vitoriano ha seguido creciendo a lo largo de los tres partidos de play off, dando un poquito más de sí mismo en cada comparecencia. Si ante el Melilla se mostró como un equipo rocoso y habilidoso para aprovechar sus ocasiones, ante el Lugo llegó a transformarse por minutos en una auténtica apisonadora a la que solo le faltó un poco de puntería para desequilibrar la eliminatoria y dejar encarrilado un pase a la última ronda que ahora se jugará a cara o cruz en el estadio Anxo Carro.
El Alavés volverá a intentar echar mano de las que han sido sus principales virtudes en los tres últimos partidos. La primera de ellas, la principal novedad, una seriedad defensiva olvidada en el baúl de los recuerdos durante todo el curso. Mantener de nuevo la portería a cero supondría un paso decisivo hacia la clasificación y para conseguirlo va a volver a ser fundamental el esfuerzo en la presión de todas la líneas para evitar que el Lugo practique su habitual juego combinativo y se acerque con peligro a los dominios del argentino Matías Dituro.
apuesta por el 4-1-4-1 Para intentar colapsar ese lucido juego gallego, el preparador alavesista podría optar por repetir el mismo once que dispuso contra el Melilla, con un 4-1-4-1 con el que asfixió la zona de creación de los norteafricanos a través de una presión agobiante que permitió recuperar varios balones peligrosos en las cercanías del área rival, a la que se llegó en repetidas ocasiones hasta conseguir el gol que también se buscará esta tarde en Lugo.
A partir de esa necesaria seriedad defensiva, tratará el equipo de Álvarez Tomé de aprovechar alguna de las ocasiones que se le presenten, que a buen seguro serán varias ante un equipo, el de Quique Setién, que no se caracteriza por sus virtudes defensivas. El acierto en los últimos metros fue lo único que le falló al cuadro albiazul en el partido de ida, pero este equipo ha demostrado a lo largo de toda la temporada que, en el aspecto goleador, es capaz de encontrar la aguja del pajar.
Para intentar apoyarle en tan ímprobo esfuerzo, ahí tendrá el Alavés a su incansable afición. En ningún momento, por malo que haya sido, ha dejado la parroquia albiazul de animar a su equipo y si anteriormente le ha acompañado por todos los rincones de su particular mapa futbolístico -incluso en Melilla hubo alavesistas- no iba a ser menos ahora que llega el momento decisivo del curso. Alrededor de setecientos albiazules se harán oír en las gradas del Anxo Carro a la espera de un buen resultado que sirva para festejar la superación del antepenúltimo escalón en la senda de regreso a Segunda División.