el Deportivo Alavés cerró ayer su primera eliminatoria de este play off con una victoria ajustada ante un Melilla que no deja de ser un equipo normalito que mueve y mueve el balón, sí, pero en zonas intermedias y no un coco inalcanzable como ellos mismos se habían pintado. Una vez superado el escollo melillense, la alegría que experimentaron los jugadores albiazules y, sobre todo, los cerca de 9.000 espectadores que presenciaron el encuentro en la tarde de ayer en Mendizorroza, mostraba tras el pitido final la medida exacta del nivel de optimismo por las posibilidades que ofrece este equipo después del buen resultado obtenido hace una semana en tierras africanas y rubricado con la trabajada victoria de ayer. Pasó la eliminatoria el equipo que se lo mereció logrando el pasaporte para la siguiente ronda por lo que la bola alavesista estará en el bombo en el sorteo que se celebra en la tarde de hoy. Sin duda alguna hay que celebrar el pase a la segunda eliminatoria de este play off. Por diferentes motivos. Han conseguido acabar con los fantasmas que anunciaban nubarrones deportivos a corto plazo y con su victoria sin encajar un gol han logrado insuflar a la afición el estado anímico favorable para que haya una comunión entre ambos para alcanzar cotas más altas. Es como si de pronto un viento favorable se hubiera desatado e impulsara a los aficionados albiazules a transportar en volandas al equipo.
Por otra parte, se augura un fin de ciclo inmediato de sus dirigentes, a pesar de que se estos se siguen aferrando al cargo. Para estos la cuestión más urgente es solventar la sucesión de manera inminente, sin que se produzcan más sorpresas en forma de quejas o de peticiones. Tienen que hacer lo que se les está pidiendo desde hace mucho tiempo y no ser una rémora. Para que no les sirva de excusa a los inversores que no acceden al control porque ellos no se lo permiten. No es descartable que en las próximas horas se haga efectivo el definitivo cambio de poderes a fin de acabar, de una vez por todas, con este conflicto que se está alargando en demasía. Bien estará si todo, por fin, bien acaba.
Por tanto, el tema crucial de los próximos días va a ser cómo se va a producir la entrada de los nuevos dirigentes y que los actuales accedan a ello sin causar mayores contratiempos. O para cerrar definitivamente el quiosco. Para que no sobrevenga esto último apelo a la buena voluntad de unos y otros para que, si de verdad se va a realizar, se produzca cuanto antes ya que llevamos, entre unas cosas y otras, muchos meses de retraso. Ya está la situación lo suficientemente complicada como para añadirle una dosis mayor de dramatismo por lo urgente del desenlace. El pase a la siguiente ronda y la necesidad de un cambio de aires en el Consejo tienen un punto en común: queremos conocer el siguiente. Porque con este triunfo no hemos acabado el largo, incierto y arduo camino del ascenso sino que es un punto y seguido, solo se ha cumplido la primera etapa; en cuanto a la capitalización del club también necesitamos que se despejen los nubarrones y que aterricen los suspirados inversores ya. Que pasen los siguientes.