El último de los jugadores lesionados que queda en el Alavés, Igor Cuesta, también comienza a ver la luz al final del túnel y afronta la última fase dentro del proceso de recuperación de una rotura de fibras en los isquitiotibiales. El central vizcaíno comenzó ayer a realizar carrera en solitario en las instalaciones de Ibaia y la próxima semana, si todo marcha bien, podría reintegrarse al trabajo con el grupo para estar presente en la primera eliminatoria del play off.
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