Emulando a sus mayores. No solo el primer equipo del Deportivo Alavés puede presumir de ser líder de su grupo. En el resto de categorías inferiores también hay un equipo albiazul en lo más alto de la tabla. De hecho, son muchos los conjuntos del fútbol base que aspiran a acabar liderando sus respectivas categorías. Fieles al himno del cuadro babazorro, cuando dice "de tu grupo algún día campeón".
De momento, hay tres escuadras de las categorías inferiores del Alavés que son primeras -el Infantil A, el Alevín C y el Benjamín A (igualado con el Ariznabarra)-. El filial, que milita en Preferente, marcha segundo, mientras que el Juvenil de División de Honor, ascendido el año pasado, es cuarto, solo ha perdido cinco partidos y tiene la permanencia asegurada.
Por su parte, el Alevín A es tercero, el B, cuarto, mismo puesto que ocupa el Cadete de Liga Vasca y, por último, el Cadete de primera y el Juvenil de Liga Vasca ocupan la sexta plaza. "La salud del fútbol base es buena", aseguran al unísono los coordinadores de la cantera Nacho Pérez, Edu Ortiz y Edu Carrera.
Todos ellos se muestran muy "satisfechos" del buen momento que vive el fútbol base del Deportivo Alavés, uno de los mejores de su historia. "Estamos muy contentos porque los resultados son muy buenos, fruto de un trabajo anterior, que es lo que queríamos conseguir", se felicita Edu Carrera, entrenador del Juvenil B y a su vez coordinador del área de rendimiento.
estructura bien definida La clave del buen momento de la cantera, reside, en opinión de todos ellos, en tres pilares. El primero es la estructura, un organigrama bien definido y con trabajo en equipo, en segundo lugar aparece el modelo de juego y la metodología y por último los resultados. "Todo bien definido, estructurado y con una meta final", como asegura Edu Ortiz, técnico del Cadete B, cargo que comparte con el de coordinador del área de formación.
Una meta final. Ése es el objetivo. Un reto que todos sin duda alguna coinciden en señalar que es "la formación" de los jugadores, por encima del éxito momentáneo y los buenos resultados año tras año. El propio Edu Ortiz lo deja bien claro: "El éxito es la consecuencia de la formación. No solo tenemos que mirar los resultados colectivos, sino que se debe buscar que los futbolistas progresen. Prefiero que suban 16 chavales del cadete al juvenil, que no quedar tercero o segundo y que solo den el salto seis".
Progresar, crecer y formarse. Con una orientación clara: el primer equipo. La estructura formada y las áreas que coordinan cada uno de ellos van encaminadas hacia ese fin: la escuadra que en estos momentos dirige Miguel Ángel Álvarez Tomé.
Así, Nacho Pérez, 28 años trabajando en las categorías inferiores, se encarga del área de iniciación. Bajo su tutela están seis equipos, tres alevines, dos benjamines y el femenino, para un total de 340 chavales. El primer paso.
El segundo del camino llega con el área de formación a cargo de Edu Ortiz, quien supervisa 80 futbolistas, repartidos en cuatro equipos, los dos infantiles y los dos cadetes. Por último, el paso final llega ya con Edu Carrera, responsable del área de rendimiento. Ahí está el Alavés B de preferente y los dos juveniles, el de Liga Vasca y el de División de Honor. Otros 60 futbolistas.
En total son 480 los chavales que están bajo la supervisión de estos tres coordinadores del fútbol base babazorro. Una auténtica factoría, que además últimamente funciona a pleno rendimiento.
OPTIMISMO A CORTO PLAZO De hecho, todos ellos miran con optimismo el futuro y confían en que a corto plazo alguno de los jóvenes valores puedan llegar a la élite. De momento, no quieren dar nombres pero advierten que por calidad ya hay "varios jugadores que pueden dar el salto al primer equipo". Ellos están cumpliendo el final del camino.
Un trayecto largo y lleno de particularidades. Nacho Pérez, el más veterano del grupo, desgrana algunas de ellas. Son varias las claves para que el nuevo organigrama del fútbol base funcione, pero el responsable de la Escuela del Alavés considera clave "la comunicación" y "tomar las decisiones consensuadas". "Nadie toma decisiones por su cuenta. Todo se hace consensuado y con un criterio fijo. De este modo se limitan los errores, ya que entre todos analizamos los pros y los contras de las decisiones que se toman", añade al respecto Carrera.
Además, tal y como explican los tres, el organigrama transversal que han puesto en marcha permite conocer al detalle lo que pasa en cada uno de los trece equipos del fútbol base. "Todos conocemos los problemas que hay en los otros equipos por el contacto permanente que existe con los otros coordinadores y así se pueden encontrar soluciones de forma más rápida".
método cercano Un sistema directo, eficaz y "más cercano". De hecho, pese a que en un principio pudieran pensar que las reuniones semanales que mantienen todos ellos y los encuentros que tienen de continuo con los entrenadores que están a su cargo pudiera ser una rémora, los resultados les están demostrando que no es así. "Ralentizaría más cuando tomas una decisión y te equivocas. Si no cometes errores es todo mucho más fácil y va todo más rodado".
Además, tal y cómo destaca el propio Nacho Pérez, el estar en continuo contacto con los entrenadores es un aspecto "positivo", ya que como corrobora al respecto Edu Carrera, ellos "se involucran más y se sienten más valorados al tomar parte de las decisiones". Todo por el bien de la cantera. Una estructura que funciona y que tiene un plan diseñado en busca del modelo de juego que se persigue para el primer equipo.
En el área de iniciación se trabaja la técnica, en la de formación los conceptos y los mecanismos del juego y ya en el tramo final, en rendimiento, hacen especial hincapié en los sistemas, en que hacer en cada momento del juego.
EL ADN ALBIAZUL Los responsables de la cantera albiazul quieren dotar de unas señas de identidad bien definidas a los futbolistas que tienen en sus manos. El ADN del Alavés. "Queremos que juegue el Alavés que juegue, ya sea el cadete, el juvenil o el que sea, se le identifique por el estilo que tiene". Un estilo para el que ya tienen fijado un modelo bien definido, que consta de juego colectivo, intensidad y agresividad.
Ése es el ADN albiazul y el que quieren impregnar en todos sus equipos. "La idea es no hacer un fútbol especulativo y tratar de conseguir que en el partido pasen las cosas que tu quieres", explica Edu Carrera. De momento el método funciona. La factoría albiazul está a pleno rendimiento.