Vitoria. El Deportivo Alavés se está encontrando con una comprensión por parte de sus acreedores digna de elogio. Casi cuatro años se han cumplido desde que se pusiera en marcha el proceso concursal. Más de uno desde que se firmara el convenio de acreedores. Algunos de ellos, poseedores de créditos privilegiados y una vez aceptada la quita del cincuenta por ciento de la deuda inicial, han percibido ya una pequeña parte de lo que se les debía. La mayoría, mientras tanto, sigue esperando pacientemente a que le llegue el primero de los cinco pagos que le corresponden. El primero de ellos ya se tenía que haber realizado el pasado mes de noviembre, pero los afectados siguen sin ver ni un euro. Incluso después de que el club no haya cumplido con lo acordado en repetidas ocasiones, algunos siguen confiando en las promesas de pago y se muestran receptivos a las propuestas que reciben desde el club para así ayudarle a evitar una debacle segura. En el caso de que alguna denuncia de incumplimiento prosperase, el convenio sería anulado y se abriría el proceso de liquidación, un final al que nadie quiere llegar.
Tal es el caso que viven los acreedores que plantearon la primera demanda por incumplimiento del convenio -Pablo Casar, David Coromina, Peñafiel Fútbol de Club y Garazi Consulting- , cuyo primer pago se debía haber desembolsado el pasado mes de noviembre. La vista de este incidente concursal por el impago de alrededor de 50.000 euros está fechada para el próximo martes 15 de febrero, pero lo más seguro es que en el Palacio de Justicia no se trate ningún asunto relacionado con el Alavés ese día. Una vez más, el club vitoriano ha encontrado comprensión por parte de sus acreedores, aunque en esta ocasión existe una exigencia de que se cumplan los acuerdos planteados y que ya han sido aceptados por parte de este grupo.
Desde las oficinas del Paseo de Cervantes se ofreció en un primer momento al representante legal de este grupo de acreedores la posibilidad de fijar el pago del primer plazo del concurso en el mes de julio, aunque con posterioridad las fechas se fueron estirando sin encontrar aceptación en la parte demandante. Tras unos días de conversaciones con sus representados, el abogado ha transmitido al club su disposición a aceptar este nuevo retraso hasta el mes de julio siempre y cuando existan garantías de que el pago se vaya a realizar antes de que concluya dicho mes, cuando se prevé un importante ingreso en las arcas de la entidad si se logra el deseado ascenso a Segunda División (venta de abonos, televisión, publicidad...).
Con esta exigencia de garantías pretenden los acreedores asegurarse, por fin, un cobro que lleva meses retrasándose. Calendarios de pago anteriores fueron incumplidos por parte de un club que ha insistido en la imposibilidad de desembolsar el dinero ahora ya que prefiere utilizar sus recursos en abonar los salarios de la plantilla.
más negociaciones La pelota que conduzca a la retirada de la demanda por incumplimiento del convenio se encuentra ahora en el tejado alavesista. El representante legal de Casar, Coromina, Peñafiel y Garazi Consulting ya ha transmitido su predisposición a retrasar la percepción de la deuda hasta el mes de julio siempre y cuando existan garantías de que dicho pago se vaya a realizar en las fechas acordadas.
Si el Alavés acepta el acuerdo, y con él la obligación de realizar el desembolso el próximo mes de julio, desaparecerá de manera inmediata del calendario la vista que ha de celebrarse el próximo martes, ya que el abogado de este grupo de acreedores se ha comprometido a retirar su demanda si recibe garantías de pago para esa deuda que ronda los 50.000 euros.
Se trata, eso sí, de la primera de las tres vistas a las que se tiene que enfrentar el Alavés. Aún pueden producirse otras dos porque hay dos grupos de acreedores que también han puesto en marcha la maquinaria jurídica al no haber recibido el dinero -alrededor de 600.000 euros entre todos- que les corresponde. Existen también negociaciones entre el club y sus representantes legales y el objetivo del Alavés es que también acepten un acuerdo para retrasar todavía más los pagos hasta que en las arcas del club haya el dinero suficiente como para hacer frente a estas deudas heredadas.