Vitoria. Mientras que la rueda del destino sigue girando sin desvelar el color del futuro que le espera al Deportivo Alavés como institución, el Deportivo Alavés como equipo tiene que seguir haciendo su trabajo al menos tan bien como lo ha realizado hasta la fecha. Sin la pompa y el boato que rodeó la visita a Eibar, llega a Mendizorroza un Lemona que no tiene el parangón del cuadro armero pero que ha demostrado que sus fusiles son tan o más peligrosos que los del actual líder del Grupo II. Otra gran batalla la que afronta El Glorioso, obligado a olvidar sus dudas, a hacer de tripas corazón y a recuperar la senda del triunfo tras la dolorosa e injusta derrota sufrida en Ipurua. Otra final, esta de mayor trascendencia todavía porque la derrota puede llevar aparejada la salida de la zona de privilegio en la que tan cómodamente aposentado se encuentra el equipo de Miguel Ángel Álvarez Tomé desde hace mucho tiempo.

Nada mejor para cerrar cicratices que el reencuentro con el triunfo, pero no lo tendrá para nada sencillo un cuadro albiazul que se va a encontrar con un oponente ciertamente correoso y que atraviesa un verdadero estado de gracia. Nunca es el Lemona uno de los señalados como grandes del grupo cuando arranca la temporada, pero el conjunto cementero se empeña en ser perenne candidato a pesar de ser uno de los equipos más modestos de toda la categoría.

Se presenta el conjunto dirigido por Aitor Larrazabal en Vitoria con una carta de presentación que asusta. Quinto clasificado con 28 puntos -los mismo que Real Unión y Mirandés y a tan solo dos del Alavés-, el cuadro del valle de Arratia acumula seis victorias en sus siete últimos compromisos ligueros, por lo que no cabe duda de que es el equipo del Grupo II que mejor estado de forma atraviesa. Urko Vera, destapado como goleador, es su gran amenaza ofensiva, mientras que Alcalde es el encargado de mantener candada una de las porterías menos goleadas del grupo.

Ante todas estas armas, el Alavés tendrá que volver a hacer gala de un arsenal que también asusta. La exhibición que durante casi media hora ofreció el cuadro vitoriano en Ipurua, a la postre estéril, ha dejado boquiabiertos a todos los rivales. El objetivo ahora es dar continuidad a dicha puesta de largo en la que los pupilos de Álvarez Tomé pusieron boca arriba sus cartas como no lo habían hecho hasta la fecha en toda la temporada.

once con dudas Los entrenamientos de la semana no han servido para despejar demasiadas dudas acerca de las intenciones del técnico leonés para componer su once inicial. Una de las pocas cosas que parecen claras es la continuidad en la apuesta por el 4-4-2 con la presencia de Jito y Geni en la punta del ataque alavesista.

Las dudas aparecen en el lateral izquierdo defensivo, donde Casas podría relevar a Morcillo, y en un centro del campo lastrado por las bajas de los tres pivotes defensivos. Indiano y Casares parecen los dos únicos fijos en una línea que será fundamental para que el Alavés gane su final contra el Lemona.