Vitoria. "Muchas ruedas de prensa después", como recalcó ayer el teniente de diputado general, la Diputación alavesa altera su discurso en lo que respecta al Deportivo Alavés. El simple anuncio de la nueva ampliación de capital que la entidad albiazul acometerá en las próximas semanas ha colmado de "esperanza" al ente foral, aunque asegura desconocer en estos momentos los términos de la misma.

Sin embargo, después de varias semanas en las que las palabras dirigidas a Alfredo Ruiz de Gauna han ido elevando su tono decibelio a decibelio, ayer las aguas atisbaron un retorno a su cauce cuando parecía que el río estaba a punto de desbordarse. Al menos, de momento. "Ante el anuncio de esta ampliación de capital desde la Diputación nos alegramos de que se vayan dando los pasos adecuados atendiendo las peticiones tantas veces presentadas por esta Diputación y este portavoz", agradeció Claudio Rodríguez antes de matizar que estas exigencias las realizaban "desde el ejercicio de la responsabilidad, el sentimiento y el deseo de lo mejor para el Alavés".

"Ahora toca dar tiempo a la directiva para que vaya materializando este anuncio", incidió el teniente de diputado general. En este sentido, resaltaron que, aunque desconocen "los términos" de la ampliación, "suponemos que será abierta, para garantizar la capitalización del club y su futuro", matizó Claudio Rodríguez, que tampoco aportó un poco de luz al ser cuestionado sobre al posibilidad de que surjan nuevos inversores dispuestos a insuflar aire a las arcas del club del Paseo de Cervantes, o si al menos se podrá cubrir la ansiada cantidad cercana a los tres millones de euros.

"Lo que es evidente es que si no se hace la propuesta de ampliación de capital nunca sabremos si la capitalización era posible o no. Estamos esperanzados de que sí lo sea. Si no, nos situaremos en un escenario que analizaremos en su momento, pero no queremos ser agoreros", apuntó el teniente de diputado general. De cualquier forma, Claudio Rodríguez aprovechó la ocasión para reconocer que en los últimos días habían mantenido conversaciones con la junta directiva albiazul, si bien éstas aún no se han plasmado en una reunión entre ambas partes. "Si nos lo piden, no habrá ningún problema para reunirnos", deslizó al tiempo que, como ya había apuntado en anteriores comparecencias, sacó de nuevo a la palestra la adquisición de los terrenos de Izarra como compensación. "Si se va hacia la capitalización del club nosotros materializaremos la compra de Izarra como pago de la deuda que el Alavés mantiene con la Diputación", incidió.

Así las cosas, con la inminente ampliación de capital y la solicitada auditoría ya sobre la mesa desde el pasado viernes, la Diputación aguarda los detalles concretos de lo que espera que sea un proceso totalmente abierto. Entonces llegará el momento de comprobar si surge la figura de un nuevo inversor ajena a la familia Ruiz de Gauna, o si ésta es capaz de reunir la cantidad necesaria para continuar al frente de la entidad vitoriana. Las juntas ordinaria y extraordinaria que, probablemente tendrán lugar, en diciembre marcarán la pauta de futuro.

700.000 euros al aurrera Por otra parte, Claudio Rodríguez se limitó a expresar la satisfacción de la Diputación foral de Álava tras conocerse que el Aurrera de Vitoria recibirá una cantidad cercana a los 700.000 euros de parte del Gobierno central como ayuda para paliar su situación financiera. Una suma extraída de los Presupuestos Generales del Estado que surge como consecuencia de las negociaciones del PNV en Madrid con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.

"No tenemos nada más que decir salvo alegrarnos de que llegue dinero para clubes de Álava que atraviesan problemas", subrayó el teniente de diputado general tras recordar que este tipo de ayudas sólo se pueden conceder a entidades deportivas no profesionales, por lo que, según explicó, el Alavés no hubiera podido beneficiarse de las mismas. "De esas negociaciones han salido muchas y muy importantes partidas. La del Aurrera es una más", concluyó Claudio Rodríguez como respuesta al polémico agravio comparativo del que para muchos el Aurrera -que en su momento sufrió una convulsa situación económica- se beneficia.