Tafalla. Seguir al Deportivo Alavés a lo largo de los últimos años ha sido sinónimo de sufrimiento, pero a veces el mismo sobrepasa con creces los límites preestablecidos. La segunda victoria consecutiva del conjunto vitoriano estuvo protagonizada por un dramatismo sólo maquillado por un marcador que parece plácido pero que en nada se corresponde con la realidad. Si el triunfo de la pasada semana contra el Oviedo tuvo tintes épicos por el modo en que se logró, el de ayer los tuvo tétricos. Sufrir, sufrir y sufrir. Ni más ni menos que hasta el minuto ochenta tras el gol inicial de Geni. Se tambaleó el cuadro vitoriano, pero su pegada le permitió dejar fuera de combate a un nuevo rival gracias a dos últimos golpes mágicos de Morcillo y Jito que sirvieron para que los corazones albiazules recobraran la tranquilidad perdida en el peor partido del curso.
Desde el mismo principio quedó claro que el choque iba a convertirse en un auténtico correcalles sin ningún tipo de cabeza ni control, el que debería haber puesto un Alavés que no quiso hacerse cargo de esta responsabilidad de llevar las riendas del partido y regaló el esférico por completo a un rival que tenía como únicos recursos los pases en profundidad y las jugadas a balón parado. Tanto de unas acciones como de otras disfrutó la Peña Sport, pero los navarros no tuvieron precisión en los metros finales.
De esa contundencia en la pegada sí que hizo gala un Glorioso que golpea como nadie y que necesita muy poco para transformar en goles sus oportunidades, aunque las mismas sean escasas. No tuvo que esperar demasiado el cuadro vitoriano en esta ocasión. Apenas diecinueve minutos habían pasado cuando Geni supo sacar provecho a un saque de banda de esos que Morcillo puede patentar. Un mal despeje del defensa, una pierna metida con habilidad por el capitán albiazul y su bombeado remate en media chilena se alojaba en la meta de Ander.
A partir de ese momento, con el marcador ya favorable, el Alavés se encargó de diseñar montañas en un terreno que ya se contemplaba llano. Los pupilos de Álvarez Tomé -siguió el partido al borde del banquillo- se quitaron de encima el balón de la peor manera posible. A patadas, la mayoría sin sentido y muchas sin siquiera un mínimo de precisión, el cuadro vitoriano no aplicó cordura a un partido que ya debería haber controlado con cierta solvencia y se dedicó a crearse problemas a sí mismo. Su incapacidad para presionar la salida de balón de la Peña Sport y su renuncia a controlar el ritmo desembarazándose a marchas forzadas del esférico propiciaron varias acciones de peligro que se salvaron como buenamente se pudo.
Como pollo descabezado deambuló el equipo alavesista en el tramo final de una primera parte en el que el cuadro tafallés rozó el empate en varias acciones, aunque también es cierto que algún picotazo albiazul podía haber sentenciado el duelo, un fin que buscó, con ahínco pero sin fortuna, en el inicio de la segunda parte.
La tuvieron Casares y Salcedo, pero no llegó y el temor volvió a extenderse de nuevo con unas acometidas de la Peña Sport cada vez más peligrosas. Un gol anulado a Galán por fuera de juego y las intervenciones salvadoras de Montero fueron el flotador al que se agarró desesperadamente un equipo que caminaba sobre el filo de la navaja con cada vez más riesgo de cortarse cuando de nuevo la providencia arbitral, con un segundo fuera de juego, sirvió para invalidar otro gol de la Peña Sport, esta vez de Txitxo.
Ante tanto error local, El Glorioso volvió a realizar una nueva demostración de su capacidad para tumbar a los rivales sin necesidad de grandes alardes. Durante ochenta minutos se había sufrido de lo lindo, pero el gol de cabeza de Morcillo aseguró una tranquilidad que se encargó de rubricar Jito. Sufrir y sufrir. Pero también ganar.
Goles: 0-1, minuto 19: Geni. Saque de banda de Morcillo que despeja hacia atrás un defensa local para que Geni, con mucha habilidad, conecte con el balón en una media chilena de espaldas a la portería que supera por alto al portero. 0-2, minuto 80: Morcillo. Saque de falta al segundo palo de Salcedo que Morcillo remata de cabeza con comodidad. 0-3, minuto 89: Jito. Buena jugada de combinación entre Indiano y Salcedo y el vitoriano, cuando se encontraba mano a mano con Ander, habilita a la perfección para la llegada de Jito, que marca a puerta vacía.
Tarjetas: Areces Franco (colegio asturiano). Amonestó a Javi Jiménez (minuto 28) y Montero (minuto 65).